Hay diamantes en bruto que las desgracias no dejan que brillen. Hoy se cumplen 25 años de la pérdida irreparable de uno de los cantautores más prometedores del rock urbano de este país.

Antonio González Flores nació en Madrid el 14 de noviembre de 1961 en el seno de una familia única. La fuerza de sus letras le vino del poderío y carácter inconfundible de su madre, Lola Flores, "La Faraona", y la profundidad de su mensajes rasgaban el alma como lo hacía la guitarra de su padre Antonio González, "El Pescaílla". Único hijo varón de un matrimonio que también dio a luz a sus hermanas Lola y Rosario, estrellas que nunca lo dejaron solo en un camino de pocas rosas y muchas espinas.

Entre libretos llenos de pensamientos y esbozos de literatura musical, Antonio Flores dedicó parte de su vida al cine. Con tan solo 8 años, debutó en la película del director José Luis Sáenz de Heredia, El taxi de los conflictos. Ya en la década de los 80', su presencia enigmática y sus canciones quedaron plasmadas en su primer disco, Antonio, un simple título que recogió obras de arte como "No dudaría".

La gente se enamoró de los rasgos de un cantautor que hubiera llegado donde se hubiera propuesto. La fuerza de su primer disco lo llevó, un año más tarde, a compartir con el mundo "Al caer el sol", un álbum que tenía más de Antonio que el primero ya que la mayoría de los éxitos que aparecen salieron de su puño, letra y ese corazón melancólico que le caracterizaba.

Fama a raudales, tuteo rockero con Sabina en "pongamos que hablo de Madrid", su tercer disco, "Gran Vía" y un papel protagonista en "Colegas". La obra y vida de Antonio tenía pinceladas de perdurar por siempre, y en las facciones, ojos y personalidad de Alba, su hija con Ana Villa, es muy difícil no echar la vista atrás y gritar ¡arriba los corazones!.

Antonio Flores con su hija Alba.

Aunque los pétalos empiezan a caer en la década de los 90´, con ella viene la perfección de "Cosas mías", un nuevo disco con éxitos para la posteridad como "Alba", "Siete vidas" o "Cuerpo de mujer". Además, Antonio se dedicó a ser lucero de los inicios musicales de sus hermanas componiéndoles varios temas a Rosario y siendo maestro de letras en "De ley" y "Siento".

Parece que el peso del cielo suele caer sobre las estrellas y tras la muerte de su madre, Antonio no pudo soportar una "soledad que le quemaba como metralla". Antonio González Flores fallecía el 30 de mayo de 1995, tan solo 14 días después de que su faraona dejara un mundo en el que él no estaba dispuesto a seguir sin ella. Tenía 33 años, cuando una mezcla mortal de alcohol y barbitúricos acabaría con la vida de uno de los cantautores más grandes que ha dade este país.

Éxitos inolvidables

Sus éxitos y poesía musical han sido más tenidos en cuenta tras su muerte y son varios los temas que se han convertido en éxitos, año tras año, perdurando en el tiempo y reflejando todo lo que fue Antonio Flores.

No dudaría

Gran Vía

Alba

Siete vidas

Cuerpo de mujer

¡Arriba los corazones!