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'Fandemia': Acoso y derribo a los famosos

  • Tras lo ocurrido a la actriz Sara Casasnovas, queda demostrado que hay admiraciones que pueden llegar a matar. La obsesión de algunos fans por sus artistas preferidos llega a puntos enfermizos en ocasiones.

El escalofriante episodio vivido por la actriz Sara Casanovas, de la serie de televisión Amar en tiempos revueltos, afortunadamente ha tenido un final feliz. Tras el intento de agresión con una ballesta a manos de un fan perturbado que llevaba tres meses persiguiéndola, la artista puede dormir tranquila ahora sabiendo que su acosador ha sido detenido y puesto a disposición judicial.

Pero si las celebrities hablaran muchas de ellas dirían que una de sus mayores preocupaciones en la vida es la de no toparse nunca con una admiración tan enfermiza. ¿Cuándo un fan deja de serlo para convertirse en acosador o psicópata? Los límites no están claros. Lo que sí lo está es que la mayoría de famosos sufren episodios de seguimiento por parte de sus admiradores que muchas veces rayan en el delito. Allanamientos de morada, persecuciones e incluso violencia física.

El caso más extremo, como de sobra es conocido, fue el asesinato de John Lennon, el mítico cantante de Los Beatles, perpetrado el 8 de diciembre de 1980 por Mark David Chapman, un fanático que le disparó cinco veces con un revólver cuando el artista volvía paseando con su esposa a su apartamento en Nueva York.

Desgraciadamente, Lennon no ha sido el único. República Dominicana, después de 14 años, aún recuerda la trágica pérdida de una de sus artistas con más proyección internacional, la cantante Selena. La reina del tex-mex, nombre con el que la bautizaron sus admiradores, murió a los 23 años asesinada por Yolanda Saldívar, ex presidenta de su club de fans. Unos años después Jennifer López protagonizó una película sobre su carrera profesional y su prematura desaparición.

No sólo son cantantes y actores los amenazados. El diseñador Gianni Versace fue tiroteado también frente a su mansión de Miami Beach por el asesino en serie Andrew Cunanan, quien se suicidó poco después del homicidio. Ocurrió en 1997.

Dos años antes, la tenista yugoslava Mónica Seles fue apuñalada por la espalda por Günter Parche mientras disputaba el Abierto de Hamburgo. Le clavó un cuchillo de cocina y la deportista tardó casi dos años en recuperarse, fundamentalmente del daño psicológico y del terror que le provocaba el salir de nuevo a una pista a jugar.

La experiencia con los fans que tiene la actriz Jodie Foster no es menos espeluznante, aunque el daño no lo sufriera en su propia persona. En 1981 un admirador de 25 años de edad obsesionado con la intérprete, John Warnock Hinckley, intentó asesinar al entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, sólo para llamar su atención.

La estrella del pop Britney Spears también ha sufrido múltiples salidas de tono de sus fans, la mayoría adolescentes, aunque la peor fue cuando una joven fue detenida en el interior de su propia casa. También han detenido a otra mujer, en otra ocasión, por merodear por los alrededores de la casa de la cantante con actitud sospechosa. Aunque Britney no le ha quedado más remedio que casi acostumbrarse a este acoso, ya que hace un par de meses, por seguir enumerando ejemplos, un fan se le plantó en medio del escenario en plena actuación.

Los cantantes españoles, como David Bisbal, también originan a veces admiraciones enfermizas. El almeriense fue víctima recientemente de un intento de extorsión. 80.000 euros le pedía una fan a cambio de no divulgar material comprometido que el artista conservaba en su correo electrónico.

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