Con 30 años y más de 200.000 discos vendidos, Roser continúa ascendiendo, peldaño a peldaño, dentro de una carrera a la que todos hemos asistido desde que, hace ocho temporadas , se produjera su participación en el programa Popstars, presentado por Jesús Vázquez, a cuya victoria renunció para poder desarrollar una trayectoria en solitario. Desde entonces, la cantante ha publicado tres álbumes -el anterior, dedicado a versionar los éxitos de Raffaella Carrá- a los que suma ahora Clandestino, su apuesta más personal y el inicio de una etapa en la que se ha convertido en empresaria montando una compañía junto a su marido (y alejándose así de las grandes multinacionales). Otro nuevo reto en su vida que no hace sino motivarla a seguir luchando.

-Da la sensación de ser usted una persona distinta, ¿no?

-Sí. Hasta en las fotos he cambiado. He hecho unas canciones propias con unas letras en las que cuento los tres años que he estado preparando este proyecto y por eso hice una sesión de fotografías pensadas para cada tema. Ahora soy propietaria de mí misma.

-Se ha sabido rodear muy bien porque, por ejemplo, en el videoclip del que es su primer sencillo, La bestia, aparece Javier Sardá…

-Le propuse participar y me comentó que le encantaba la idea. ¡En todos los momentos estuvo fantástico! Él representa en esa historia la infinidad de personas con las que me he ido topando en el camino y que, no sólo no me han ayudado nada sino que, hasta me han negado el paso y… ¡menuda soy yo cuando me imponen algo!

-A lo que no renuncia es a sentirse orgullosa y, más allá, presumir de feminidad, ¿verdad?

-Es así. ¡Si no lo hago cuando soy joven… ¿cuándo lo voy a hacer? No me gusta el photoshop ni cambiar lo que hay.

-Pero, ese aspecto suyo espectacular, ¿no supone un problema cara a cierto sector de la industria que, tal vez, no la tome lo suficientemente en serio por ello? Hay quien piensa que, la combinación de chica guapa, buena artista e inteligente, es complicada...

-Por supuesto. Siempre me ha supuesto un handicap. Mi físico ha sido una desventaja e incluso llegó el punto que empecé a preguntarme… "¿qué hago?". Parece que siempre hay que enseñar más. Es una cuestión difícil pero nunca he pensado en tirar la toalla. Al contrario, soy coherente con mi vida, con mi profesión, con mi gente. Jamás me he vendido a nadie y jamás lo voy a hacer. Mi marido dice que soy como un Ave Fénix. Parece que vuelvo a renacer de mis cenizas.

-Ha incluido un par de melodías muy románticas y, por vez primera, un dueto… ¿Qué tal en ese rol más tierno?

-Fenomenal… Me gusta soñar y que me traten como a una princesa. En el fondo, soy muy "flor" (risas). Vamos, te confieso que… ¡me encanta Disney! Necesitaba tocar ese medio tiempo y, la verdad, estoy contenta con el resultado y con los comentarios que he recibido.

-Entonces, teniendo ese carácter al que hace referencia seguro que piensa en crear una familia…

-En estos instantes me veo más como madre "perruna" (risas). Debo esperar un par de años a que vaya rodando la maquinaria que acabo de estrenar pero sí, claro que los tendré. Además seré de las mamás que, tirando del carro, cargan con el niño, la mochila, el carrito...

-Dicen que, detrás de las personas con una personalidad tan fuerte como la suya, se esconden grandes tímidos…

-(Piensa) Tímida, no me considero pero sí tengo tanta sensibilidad como carácter. A mi equipo me une casi una unión familiar y, si alguien me falla, me hace mucho daño.