Rosa Clará

"Novias con menos de 30 años, ahora ni las vemos"

  • Especializada en trajes para boda, la creadora y empresaria Rosa Clará tiene sus miras puestas en nuevas metas sobre las que apunta algunos datos en esta entrevista exclusiva.

Ha batido muchos récords, ha roto las barreras de muchos mercados e incluso ha conseguido dar un giro radical al sector de las novias en España. Rosa Clará es, posiblemente, una de las personas que más saben del "día más feliz de la vida de toda mujer". Especializada en trajes para boda, la creadora y empresaria tiene sus miras puestas en nuevas metas sobre las que apunta algunos datos en esta entrevista exclusiva. Mientras, cuida de que famosas como Marisa Jara o Carolina López, novia de Fran Murcia, tengan todo su vestuario listo para, este próximo año, poder acudir impecables a esa "gran cita del amor" que es cualquier matrimonio.

-Lleva alrededor de cinco años abriendo en Gaudí el certamen de novias. ¿Muchos cambios al respecto en este tiempo?

-Realmente ha habido un salto impresionante desde que comencé, hace 14 años. Entonces se casaban más jóvenes, con 22 ó 23. Novias con menos de 30 años ahora, ni las vemos. Por otro lado, las grandes cadenas se han acercado a este área de compradoras, hay más información en las revistas, más cultura de moda…

-¿Y en lo que al atuendo en sí se refiere? ¿Algo que destaque?

-Pues que se permiten mayores escotes, cuerpos más ajustados y volúmenes espectaculares. Antes las chicas llegaban más tapaditas. Otra cosa es el concepto de vestirse especial pero no disfrazarse. E incluso, gracias a mi firma, hemos dejado atrás el poliéster para apostar por tejidos naturales como sedas y algodones.

-Describa la colección que presenta en Gaudí, ¿no? ¿Cómo se llama?

-¡No tiene nombre! (risas). Somos austeros hasta para eso… (risas). Mostraré 40 modelos con tres líneas principales: una arquitectónica, otra de flecos y, la última, tallas ajustadas y faldas con mucho volumen y profusión de estampados florales.

-¿Cuál es la implicación de Rosa Clará en esa labor?

-(Contundente) Al cien por cien. Hago y controlo todo el producto de esta casa. Eso no se puede olvidar y, además, es una de las claves del éxito.

-Entonces, ¿a qué hora llega a trabajar?

-A las nueve y, si a las nueve de la noche estoy de vuelta en casa, lo celebro.

-¿Lleva la cuenta de las novias que habrá casado?

-La verdad es que no. No me gusta conversar sobre números aunque, desde luego, muchísimas.

-¿Comparte la felicidad de las casamenteras?

-A las ceremonias no suelo ir. Es durante la preparación de algunas que me llegan a mí directamente cuando me implico más. Son momentos de felicidad inolvidables.

-¿Es imposible la reutilización del traje nupcial?

-Sí. Que se olviden de eso. La mujer se vería siempre de novia. Es el más significativo, o uno de los que más, y sólo tiene esa utilidad.

-Pero, según los precios que manejamos y la etapa crítica en la que estamos inmersos, hay que pensárselo dos veces, ¿verdad?

-Queda el recuerdo, las fotos. Es, más allá de una tradición, un sueño.

-Por cierto, ¿no se le está quedando pequeño el sector que toca?

-Ha llegado el momento de ampliar. La pasada temporada hicimos una apuesta por la fiesta y en el futuro tenemos más proyectos. No ropa urbana ni prét-à-porter, pero sí algo que podría llamar la atención.

-¿Dónde encuentra la inspiración para tanto material?

-En nadie y en todos lados. Miramos mucho la calle. Las camisetas que se pone la gente, las revistas, las películas… Al fin y al cabo, lo nuestro es moda. Las clientas buscan algo distinto y, si es clásico, con otro toque.

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