Robert de Niro inmortalizó sus huellas frente al histórico Teatro Chino de Hollywood. Plasmar sus manos y pies sobre el cemento no fue más que una formalidad, puesto que a nadie escapa que desde hace décadas el ganador de dos Oscar tiene un hueco de oro en la historia del cine.

De Niro, de 69 años, hizo un breve discurso de agradecimiento con algunos de sus característicos chistes. "Joe Pesci siempre me decía que terminaría con los pies en el cemento. No creo que estuviera pensando en esto", dijo De Niro, refiriéndose a las muchas películas de gángsters que ha rodado durante sus 40 años de carrera.

Aparte de un talento extraordinario para la interpretación, el actor ha demostrado que es una persona sensible al saltársele las lágrimas en un programa de la televisión acordándose del trastorno bipolar que sufre un hijo del director de su última película, David O. Russell. En El lado bueno de las cosas, De Niro interpreta al padre de un joven con el mismo problema de conducta.