Almudena Cid/ Entrevista

"En este encierro, como en la vida, siempre intento mirar adelante"

  • La intérprete de 'El secreto de Puente Viejo' se prepara para despedirse de su papel de Manuela y afronta la crisis sanitaria de manera constructiva.

Almudena Cid.

Almudena Cid. / Europa Press

Reinventarse es el proceso más difícil al que puede enfrentarse una persona. Dejar a un lado eso a lo que hemos entregado buena parte de nuestra vida, y emprender un nuevo camino. Almudena Cid sabe mucho de esto. Tras una carrera repleta de éxitos (es la única gimnasta rítmica que ha disputado cuatro finales olímpicas), abandonó el deporte de élite hace doce años para dedicarse a la interpretación.

Caracterizada como Manuela en 'El secreto de Puente Viejo'. Caracterizada como Manuela en 'El secreto de Puente Viejo'.

Caracterizada como Manuela en 'El secreto de Puente Viejo'. / Atresmedia

Aunque siempre le llamó la televisión (participó –y ganó– el talent El desafío bajo cero, en Telecinco), al principio no lo tuvo tan claro. Y, desde luego, le ha costado que la vean como una actriz, no como la ex gimnasta que quiere ser actriz. A ello ha contribuido El secreto de Puente Viejo y su personaje de Manuela Sánchez. La longeva serie de Antena 3 se despedirá el próximo martes a pesar de que a Almudena, que califica este trabajo como "un máster, el mejor curso de interpretación", estaría dispuesta a firmar por un par de años más, como poco.

"Estoy muy agradecida a este papel y a esta serie, y muy feliz", asegura. "Estos ocho meses me han sabido a poco porque estaba aprendiendo mucho. Rodar una serie diaria es una escuela inigualable. Pero entiendo que una serie que es un auténtico patrimonio televisivo tiene que culminar arriba, resolverse bien e irse por la puerta grande".

Almudena, cuando aún competía en gimnasia rítmica. Almudena, cuando aún competía en gimnasia rítmica.

Almudena, cuando aún competía en gimnasia rítmica.

Después de su retirada de la gimnasia rítmica, Cid valoró opciones como la de ser entrenadora, pero no le convencía. "He aprendido mucho en estos últimos años a valorarme a mí misma. Cuando dejé la gimnasia me di cuenta de que en la élite había reprimido las emociones y que con la interpretación podría transitar por ellas. A final haces un parapeto para que no te afecte todo esto".

Tocaba hacer balance y era el momento del cambio, ya que todo deportista sabe que su carrera está muy limitada. "Vivimos una jubilación anticipada, sientes que ya no eres competente en nada", opina Almudena sobre la retirada, "La gente te ve por quién fuiste y tú no, entras en un conflicto. La gente tiende a juzgarte y nos cuesta mucho reciclarnos y reinsertarnos".

Con Christian Gálvez, su marido. Con Christian Gálvez, su marido.

Con Christian Gálvez, su marido. / Efe

Afortunadamente ella lo logró. "Lo que me ayudó mucho fue la paciencia, contenerme, no coger el primer trabajo que me ofrecían. Podía ser entrenadora, pero no me llenaba. Tuve la valentía de enfrentarme a un trabajo muy complicado, sentía que era el camino que debía coger". Aquel fue el punto de inflexión, y antes de llegar las oportunidades participó en muchos cástings y oyó muchos 'noes'. "Lo que me ayudó era que cuando era gimnasta, sabía que la creatividad me hacía diferente al resto de competidoras. Y eso me ha servido en esta nueva etapa. Creo que lo cogí de mi abuelo, que cogía muchas cosas y creaba cosas; una vez hizo un ave fénix y dijo que era yo, que siempre resurgía".

Eso sí, a pesar de su salto al mundo interpretativo, Almudena Cid no ha dejado los entrenamientos. "Sí, el deporte te deja lesiones crónicas y no puedes dejarlo así como así. Cuando me levanto y apoyo los pies sigo pensando que me van a doler, ahora ya no. Cuando cambia el tiempo aún lo siento. Eso sí, no puedo correr, el podólogo me dijo que si no me mirara a la cara diría que, solo con las pruebas de mis pies, tendría 60 años".

"Tenemos que pensar en avanzar en lo que se pueda y no pensar en lo que no se puede", afirma

Con el deporte ha continuado incluso durante el confinamiento debido al coronavirus. "Tenemos que pensar en qué podemos ayudar, cómo avanzar en lo que se pueda y no pensar en lo que no se puede", comenta sobre su actitud ante el obligado encierro. De ahí que continúe escribiendo sus cuentos de la colección Olympia sobre sus experiencias, y que siga sus tutoriales y clases on line a gimnastas que ahora no pueden entrenar y tienen que ejercitarse en casa. "No creo que haber sido deportista de élite me ayude a tener mejor ánimo ante la situación que vivimos", afirma, "Tiene que ver con cómo somos cada uno. La incertidumbre acelera las decisiones en el caso de los deportistas. Los hay prácticos, que deciden retirarse si no se puede competir ahora, y los hay constructivos. Yo soy de los segundos: creativa con el trabajo y con la vida. Siempre intento mirar adelante".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios