Pasarela

A la altura

  • Doña Letizia se ha ganado a los españoles en su primer año como Reina Se ha vuelto más cercana y es el mejor reflejo del interés de los Reyes por modernizar la Corona

La Reina ha aprendido a sonreír. Le ha bastado un año para demostrar que no hace falta nacer con una corona para estar a la altura de lo que exige su puesto. Doña Letizia vivirá el día 21 su primer año como Reina consorte, un tiempo que ha sido más que suficiente para ratificar la confianza y ganarse el reconocimiento de los españoles.

Sus años como Princesa de Asturias llegaron a tener más sombras que luces, sobre todo por su afán por querer estar a la altura de las circunstancias, lo que en más de una ocasión le llevó a mostrar un perfil demasiado suficiente y distante. Aseguran los que la conocen que lo que más le dolió fue no contar con la aprobación de su suegro a pesar de sus esfuerzos por estar a la altura de su cargo. Sí encontró, en cambio, los consejos de la reina Sofía, que ha sido siempre el espejo en el que se ha querido mirar Doña Letizia.

La entonces Princesa de Asturias llegó a estar ninguneada en su propio entorno de Zarzuela y son muchas las fuentes que señalan que hasta su propio suegro la criticaba en sus círculos de confianza, dejando claro que no confiaba en sus cualidades como Reina. Pero don Juan Carlos se equivocó. Doña Letizia se creció en el momento más indicado para que los españoles volvieran a confiar en una institución que había sufrido fuertes reveses con el caso Noss, la crisis de Botswana, y el propio deterioro físico del Rey. La llegada de los nuevos reyes y, sobre todo, su compromiso por dar transparencia y modernizar la institución, fue una bocanada de aire fresco a una monarquía con la que muchos no se encontraban ya a gusto. Y ese aire de modernidad que don Felipe quiere seguir dotando a la Corona donde mejor se expresa es en la figura de la nueva Reina. Doña Letizia ha sabido dar ante todo el mundo, como acaba de suceder en Francia o en Centroamérica, una imagen de renovación. Mucho más cercana que en su etapa como Princesa, la Reina ha sabido apearse de esa imagen casi hierática que tenía en sus primeros años y se ha despojado de su caparazón para acercarse al pueblo; incluso para hacerse selfies con quienes lo han demandado. Su estilo joven, ese que ha paseado por Malasaña en compañía de su grupo de amigos, la ha tenido al tanto de las necesidades de los españoles y es esa la máxima que impera en sus discursos en el que, entre otros asuntos, no ha dudado exigir medidas para que los jóvenes no se vean obligados a emigrar.

En sus primeros meses se ha dejado ver también su lado más solidario. Ya no sólo se conforma con atender y hacer visible las necesidades de la Federación de Enfermedades Raras sino que va un paso más allá y ha tomado bien las riendas del trabajo que hizo su suegra al frente de las labores de cooperación internacional, Cruz Roja o la Asociación Española contra el Cáncer. Y está a gusto. Ha dejado claro que su compromiso con estas entidades no es superficial y prueba de ello es que el mismo secretario de Cooperación ha destacado que ella es una reina "más preguntona" que doña Sofía.

Doña Letizia ha sabido ganarse a los españoles en su primer año como consorte. Se ha mostrado mucho más cómoda en su nuevo papel e incluso le ha valido para recuperar los gestos de complicidad con su marido, como una pareja enamorada y entregada a su familia. Si algo le ha servido su ascenso al trono ha sido para recuperar una sonrisa en su rostro que ya muchos daban por perdida.

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