Pasarela

"Me cansaría de no poder actuar"

  • Después de su reciente disco de boleros junto a Los Sabandeños, la incansable cantante planea nuevas grabaciones durante un verano en el que también la veremos por muchos puntos de España

Habla de puntillas sobre las cuestiones relacionadas con los años. Será que hay cierto momento de la vida, como el suyo, en el que uno está por encima de asuntos que, al fin y al cabo, tampoco poseen tanta importancia. Lo verdaderamente esencial es tener ilusiones e inquietudes y, está claro, a María Dolores Pradera, ambas virtudes, le sobran. Con el sobrenombre de "dama de los escenarios", ganado por méritos propios tras una trayectoria de más de medio siglo, la artista sigue al pie del cañón ideando nuevas aventuras que nos avanza en una muy personal entrevista concedida en mitad de este "largo y cálido verano".

-Acaba de visitar Toledo y en su agenda aparecen destinos como Valladolid, pueblos de Pontevedra, Ciudad Real… ¿No le agota un ritmo tan frenético?

-Bueno, tampoco es tanto. Son galas distanciadas una de otra, cada diez o doce días, con lo que me da lugar para descansar. Me gusta estar en los escenarios de donde sea. En todo caso, me cansaría de no poder actuar.

-¿Difieren mucho sus sensaciones de ahora al presentarse al público de las de sus principios?

-No. Me siento como empezara. De hecho, siempre parece que fuera la primera vez. Nunca se pierden ni el respeto, ni la serenidad.

-¿Cómo es su relación con los espectadores?

-¡Buenísima! ¡Si no, no estaría aquí! (risas). Afortunadamente, aún me sigue mucha gente, personas cordiales entre las que también suele haber muchos chavales. A ellos les interesa lo que hago.

-¿Y a qué se dedica cuando no tiene que cumplir ningún compromiso laboral?

-Hago muchas cosas dentro de una vida bastante normal. Leo, ensayo mis canciones, paseo…

-¿Es la época estival una buena estación para usted?

-Pues con el calor madrileño lo paso mal aunque, el invierno, al coger algún catarrillo, tampoco es que lo sobrelleve mucho mejor (risas).

-¿No se escapa a la playa?

-¡Qué horror! ¡Eso no lo he hecho ni de joven! (risas). He sido nadadora pero de piscina. Lo del oleaje me asusta.

-Entonces, ¿no ha venido a Andalucía para algunas vacaciones?

-Sí. Cuando mis hijos eran más pequeños íbamos a Almuñécar, que actualmente debe ser una especie de Nueva York, ¿no? (risas). Entonces aquello era precioso y tranquilo. Recuerdo que, hace quince años, canté allí mismo, junto al mar…

-Recomiende, ya que se confiesa no muy playera, algún rincón del mundo que merezca la pena conocer…

-Florencia me apasiona. Y, en Francia, París. Como en Casablanca, la película, "siempre nos queda París"…

-¿No ejerce de abuela? ¿Comparte algún desplazamiento con sus nietos?

-Ellos son muy mayores. Una es profesora en Casariche y, el otro, decorador de interiores. De cuando en cuando nos reunimos pero ellos viajan mucho más que yo. Luego, mis hijos también tienen su edad aunque te confieso que, de la cuestión del tiempo, no me gusta conversar demasiado (risas).

-¿No suele decirse que, mientras el espíritu permanezca intacto, no hay problema con los años?

-Sí, sí. Eso dicen pero tener, se tienen (risas).

-María Dolores, usted ha creado un género que da la sensación de no tener una clara continuadora. ¿Ha pensado sobre ello?

-No sé. Hay nuevas voces que interpretan mi repertorio muy bien. El problema está en que, para que apareciera una sucesora, debiera morirme antes y, la verdad, es algo que, de momento, me da mucha pereza.

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