Pasarela

El efecto Jennifer Lawrence

  • La joven actriz, que el próximo jueves celebrará su 23 cumpleaños, es una de las estrellas con más proyección de Hollywood. "Siempre supe que sería famosa", acaba de confesar en 'Vogue'.

Cada cierto tiempo la industria cinematográfica apuesta por un rostro desconocido catapultándolo a la cumbre del séptimo arte y poniendo, en pocos días, el mundo a sus pies. Rostros completamente desconocidos que, de la noche a la mañana, se encuentran con que la fama que tenían en su ciudad y su país se ha extendido por todo el globo. Talentos de poco recorrido pero con fama internacional, a los que sólo les vale el tiempo. Su trabajo, tesón y manera de gestionar su nueva vida es lo que sentencia. El ejemplo más actual de esto lo encontramos en la figura de Jennifer Lawrence, la joven que el pasado 24 de febrero levantó la tan deseada estatuilla dorada en la ceremonia de los Oscar. Su creíble interpretación en el filme El lado bueno de las cosas, junto al guaperas Bradley Cooper, le sirvió para arrebatar el galardón a ni más ni menos que Naomi Watts y Jessica Chastain. El premio del Sindicato de Actores, que le fue concedido un día antes, terminó de dar impulso a la que parecía la candidatura más endeble de la categoría a Mejor Actriz. Esa noche, Lawrence se convertía en la segunda intérprete más joven en ganar este premio, el más importante del mundo del cine; y que acaba de rechazar, ya que según ha reconocido le transmite "una extraña energía".

Pero, ¿quién es en realidad Jennifer Lawrence y, sobre todo, cómo ha conseguido en dos años convertirse en una de las actrices más aclamadas del panorama actual? Es honesta, bella y talentosa, pero no tiene ni la experiencia de Jolie ni las curvas de Sofía Vergara. Jennifer Lawrence es ella misma, es natural. La joven discreta que salió airosa de una caída retransmitida en directo para todo el mundo en la entrega de premios más importante del planeta. Dicen que cuando Lawrence se pisó su flamante vestido haute couture de Dior aterrizando sobre las escalerillas del escenario de los Oscar, medio mundo se prendó de ella. Entre ellos, el príncipe Harry de Inglaterra. La firma que la vestía, Christian Dior, tampoco tuvo dudas. Dos días después la fichó como imagen de su nueva colección de bolsos. La niña de Kentucky (que el próximo jueves cumplirá 23 años), la cara semi-adolescente de la gigante adaptación al cine de Los juegos del hambre, vivía su noche más mágica. La primera de muchas.

Desde pequeña apuntaba alto. Ella misma lo acaba de reconocer en una entrevista a la edición estadounidense de la revista Vogue para su próximo número de septiembre. Daily Mail ha tenido acceso a la charla entre la publicación y la actriz, de la que ha publicado extractos como éste: "Siempre supe que sería famosa". La joven celebridad, cual gurú, confiesa que pensaba mucho en ello, se imaginaba siendo lo que es hoy. "No era una visión. Era como si estuviera ocurriendo, un planteamiento de una idea oculta", dice. Y tanto que lo ha conseguido. A día de hoy puede alardear de trabajar en lo que más le gusta y con los mejores. Una profesión que en su corta pero intensa carrera le ha dado muchas satisfacciones. Y también algún quebradero de cabeza. Así, Jennifer asegura que no lleva nada de bien que de repente la gente quiera saber todo de ella. Al respecto, cuenta: "No estoy de acuerdo con ello. Es tan simple como eso. Soy sólo una chica normal y un ser humano. No he tenido el suficiente tiempo para hacer de este mundo mi nueva vida. Y me va a costar encontrar la paz".

Todavía le cuesta llevar la fama y asumir que cada uno de sus pasos son susceptibles de convertirse en titular. Es por ello por lo que, por ahora, prefiere trabajar a irse de vacaciones. Así, tras acabar de rodar la película Catching Fire se ha embarcado en un nuevo papel, el de Rosalyn, la esposa de Christian Bale en AmericanHustle. "Yo no podía decir que no. Para mí, eso es más importante que unas vacaciones en este momento. Me viene mucho mejor para estimular mi cerebro. Es lo que me gusta", ha contado.

Jennifer Lawrence empezó tímidamente en el mundo de la interpretación haciendo papeles pequeños en televisión. Su gran oportunidad le llegó con la película de cine independiente Winter's Bone, que consagró su carrera como actriz gracias a las nominaciones que obtuvo en tres de los premios más importantes del cine: Oscar, Globos de Oro y Sindicatos de Actores. En 2011 dio el salto al cine comercial de la mano de X Men: primera generación. Un año después llegaron Los juegos del hambre y El lado bueno de las cosas, que la encumbró en la última entrega de los Oscar. Quién sabe si lo que ocurrió esa noche, la del 24 de febrero, es un vaticinio y estamos ante una de las nuevas grandes estrellas de Hollywood o, en cambio, se trata de otro traspiés de los académicos. Proyección tiene. Estilo y personalidad también. Los ingredientes para ser una gran celebritiy.

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