Pasarela

Las inmobiliarias se ponen las botas con Shakira y la Infanta Cristina

  • Pese a la crisis, las agencias barcelonesas sacan jugosos beneficios de los cambios de residencia estos dos personajes tan dispares.

Dos personajes tan dispares como Shakira y la infanta Cristina tienen en estos momentos una cosa en común: Barcelona. Ambas están unidas a la capital catalana. Una adquiere casa, en alquiler, y la otra la deja, también en alquiler. Mientras la cantante acaba de arrendar la espectacular mansión del nadador David Meca, la hija de los Reyes, que se mudó hace dos años a Washington, acaba de la suya, pues no le gusta que la vivienda esté demasiado tiempo deshabitada. Las agencias inmobiliarias estarán en plena crisis pero sacan jugosos beneficios de los cambios de residencia de los famosos. Al menos, de éstos.

La vivienda que Shakira acaba de alquilar, según la rumorología, para estar más cerca de Piqué, se encuentra situada en Bellaterra, una zona rodeada de naturaleza pero próxima a la ciudad condal. Se trata de un antiguo convento que David Meca reformó en su día aunque conservando algunos vestigios del antiguo uso que se daba al inmueble, como algunos crucifijos e imágenes. Esta circunstancia precisamente, unida a cierto estilo colombiano en la decoración, son las características que han acabado por decidir a la cantante, de origen colombiano. La artista, que ayer cumplía 34 años y Piqué diez menos (24), firmó el contrato en Navidad y pronto realizará la mudanza para instalarse por tiempo indefinido en un enclave tan cercano a Barcelona.

La que se marchó de la ciudad condal, aunque tiene pensado volver pero no se sabe cuándo, fue la infanta Cristina. Para compensar los gastos de mantenimiento de la casa ahora ha decidido alquilarla, y la interesada ha sido una familia catalana de ascendencia árabe. La vivienda, ubicada en la exclusiva zona de Pedralbes, cuenta con más de mil metros cuadrados. Cuando la familia Urdangarín-Borbón viaje a España podrán alojarse en el Palacio de la Zarzuela (en Madrid) o en una casa de alquiler semanal (en Barcelona). Aunque el contrato de arrendamiento firmado finaliza en el verano de 2012.

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