Si hay un escaparate en el que la moda española brille con luz propia ese es, sin dudarlo, el de los Goya. La alfombra roja de este año ha estado repleta de diseños creados por firmas nacionales: desde Lorenzo Caprile hasta Roberto Verino o Rosa Clará, pasando por el sevillano Antonio García, Ulises Mérida, Juanjo Oliva o Ana Locking, entre otros. Hubo sitio, no obstante, para grandes firmas internacionales como el Dior de alta costura que lució Michelle Jenner, el Armani Prive de coloridas plumas que eligió Silvia Abascal o el original vestido blanco de Alberta Ferreti con bordados dorados que lució Macarena Gómez.

El blanco fue el color más repetido de la noche. Todo el elenco de Kiki, el amor se hace apostó por este tono, igual que la ganadora del Goya de Honor, Ana Belén, que llegó radiante con un arriesgado vestido de Jesús del Pozo con una flor XXL del mismo tono haciendo las veces de cuerpo. Natalia Ferviu, Belén Cuesta, Ana Castillo, Natalia Sánchez, Antonia San Juan, Elena Ballesteros o Marta Nieto fueron otras de las que también apostaron por el blanco en esta noche grande del cine español. Entre todas, la que mejor lució su diseño fue Juana Acosta, un vestido que dejaba sus hombros al descubierto y daba todo el protagonismo a una cascada lateral de volantes del mismo tono. Leticia Dolera también apostó por el blanco con un atrevido escote en V en el que todo el protagonismo recaía en sus mangas, que se abrían a modo de capa.

Los diseños de Cristina Rodríguez y María León, entre los más criticados

Aunque no tuvo tanto éxito, el negro y el dorado tuvieron también un papel destacado entre las más elegantes de la noche, como el palabra de honor de Stephane Rolland que lució Nieves Álvarez sobre el que resaltaba una gran llamarada blanca en uno de sus hombros, o el vestido dorado de cuello halter y falda tableada de Elisabetta Franchi que escogió Clara Lago. Penélope Cruz también apostó por el negro con un Versace de escote asimétrico y gran abertura lateral, igual que Paz Vega, con un sobrio vestido con la falda de plumas. Amaia Salamanca, con su escotazo en V firmado por Pronovias tampoco pasó desapercibida, aunque en su caso no era negro sino azul noche.

Si ellas fueron las más elegantes, en el otro lado de la moneda habría que situar a la estilista de Cámbiame Cristina Rodríguez, siempre tan estridente, que optó por un vestido a lo doctor Jekyll y Mr Hyde (con una mitad largo en rosa fucsia y la otra mitad negro con minifalda y cuerpo de encaje) y a María León, que este año no estuvo muy acertada con el diseño de plumas de Juanjo Oliva. Tampoco el vestido de reina medieval que escogió Ruth Gómez estuvo a la altura.

En cuanto a ellos, casi todos optaron por el esmoquin, aunque no a todos le sentaba igual de bien. Entre los más elegantes, el gaditano Jesús Castro, y entre los más llamativos, el esmoquin rosa con pajarita del mismo tono que escogió Eduardo Casanova.