Se considera, dentro del panorama artístico español, como una de las "últimas de Filipinas", metafórica forma de definir a esta "rara avis" perteneciente a una generación de figuras que tuvieron la suerte de poder cultivar una carrera "de fondo". Camino de celebrar las cuatro décadas de trayectoria, Paloma San Basilio acaba de regresar de América -donde ha representado un espectáculo de nombre "Esencia"- y prepara dos próximos discos en los que, por un lado, revisará sus éxitos con nuevos arreglos -incluyendo hasta una versión dance de alguno de sus títulos- y, por otro, se acercará a los sonidos del Mediterráneo a través de nuevas melodías muy en sintonía con el descubrimiento que, de nuestra artista, han hecho recientemente en Turquía. Así, alzando vuelos siempre, la cantante se presentará, el próximo viernes 15, en Moguer donde, invitada por la Banda Sinfónica del Liceo la localidad onubense, ofrecerá un nuevo concierto para un público que la admira, generación tras generación.

-Hay muchas personas que, al no verla en la pequeña pantalla, le preguntará qué hace, ¿no?

-(Risas) Sí, me pasa con frencuencia. Incluso actuando para algún musical, como My fair lady, me decían: "¿Estás cantando?". La televisión me encanta y, pronto, me harán miembro de su Real Academia pero, cuando se convierte en un territorio para hacer lo que se hace ahora, ¿cómo vas a estar ahí? Si tienes un recorrido con dignidad y coherencia, no te puedes prestar a lo que sea. Claro que, por otro lado, si no sales en ella, no existes.

-¿Qué sensación provoca eso?

-Pues pena. Yo nunca he tenido inconveniente, por ejemplo, en hacer reportajes en mi casa pero, para que acaben formando parte de un espectáculo vociferante de personas que se insultan por dinero, no me apetece.

-Hay una imagen suya de mujer elegante, culta, buena profesional... ¿Coincide con la que usted tiene de Paloma San Basilio?

-Estoy muy bien dentro de mi piel. He evolucionado, buscando mejorar y, poco a poco, estoy consiguiendo ser como quiero ser. No tengo grandes aspiraciones de perfección. Solo quiero hacer bien mi trabajo y estar armonizada con mis objetivos. Ser alguien esférico que fluye y que es consciente de que, los sueños, son más reales que la realidad misma.