Vox sacó ayer músculo ‘modo culturismo’ en el Palacio de los Deportes en el que será el acto más multitudinario de la campaña para las elecciones generales del 10-N en Granada. Más de 7.000 personas acudieron a la llamada de Santiago Abascal, el candidato de la formación, quien por encima del mensaje político hizo una demostración de fuerza, un ejercicio catártico para los simpatizantes y un mensaje vigoroso para los que se han quedado en casa a la expectativa.
Y en clave política dejó claro que, si de Vox depende, el PSOE pasará a la oposición, pese a que subrayó que tanto socialistas como PP y Cs ya están esbozando un gran pacto después de las elecciones. Y en su línea de crear el nuevo lenguaje de la derecha calificó esta alianza como un “tricentrito”.
Abascal, que fue ‘teloneado’ por José Antonio Ortega Lara, uno de los fundadores de Vox, y por Manuel Martín, presidente provincial de la formación, repasó todos los temas que le han hecho llegar a tener 24 diputados en la pasada legislatura, moviéndose como pez en el agua en una delgada línea roja que él es cauto para no traspasar jamás, un trabajo que deja a los simpatizantes. También a Ortega Lara, que puso los dos pies al otro lado de esta línea al afirmar, respecto a los republicanos: "Para ellos el franquismo lo aguanta todo, tienen una obsesión enfermiza con esa maldita guerra que provocaron ellos y luego perdieron, ya es hora de que lo superen y aporten para construir el futuro y no regodearnos en las desgracias del pasado", señaló.
Y juega a poner a la izquierda los adjetivos que normalmente se le han adjudicado a la derecha, hablando de los “nostálgicos” de la República y acusando a Pedro Sánchez de ser el "desenterrador" de " viejos odios de los españoles, sacando un muerto y poniéndolo encima del debate electoral".
Tras recordar cuando a los actos de Vox en Granada acudían 150 personas, pasó a la crisis de Cataluña para subrayar que “si los españoles les dan su confianza", el 11 de noviembre van a ordenar la detención inmediata de Torra. Y el auditorio se vino abajo.
“No somos tontos, sabemos que van a hacer falta décadas para restaurar las heridas, pero hay que empezar mañana mismo suspendiendo la autonomía y tomando el control de TV3 y los Mossos d’Esquadra”.
Y a continuación dejó uno de los titulares del acto al señalar que, respecto a la ley de memoria histórica, “quién no va a estar de acuerdo con que se desentierren los muertos y se entreguen a sus familiares”, pero “con esa excusa sacan a un muerto en contra la voluntad de los familiares y eso no se hace con Franco ni con la Pasionaria”.
Tras insistir de nuevo en el “pasado criminal del PSOE”, llegó a comparar el nacionalsocialismo de Hitler con el socialismo español, recordando viejos hits de la derecha como el robo del oro de Moscú.
También se detuvo en la ley de violencia de género de la “dictadura progre” que “no protege a las mujeres” y afirmó que es básico enseñar el patriotismo en los colegios, “defender a los niños en el vientre materno, a las viudas, a los parados, a los dependientes, esos son los débiles y no los partidos, los sindicatos y las oenegés que viven del presupuesto del Estado, hay tirarlos del carro y ayudar a los que de verdad lo necesitan”.
Abascal, que llegó a asustarse con el ruido del pataleo de los asistentes en el suelo, pasó a otro de los temas fundamentales de su ideario, la inmigración, afirmando que es básico defender las fronteras, “que son los muros que protegen nuestra identidad”.
“Los progres sí pueden vivir en sus mansiones amuralladas pero muchos españoles conviven en sus barrios con esa inmigración ilegal”, afirmó después de sacar pecho por el share de 4 millones de espectadores conseguidos en su reciente visita a El Hormiguero.
“El 10 de noviembre a las urnas con toda la convicción y el patriotismo todo por España, España siempre, viva España”, concluyó el candidato de Vox para pedir finalmente al auditorio, que presentaba un lleno absoluto, que se pusiera de pie para escuchar el himno nacional.
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