La Fundación Andrés de Ribera está inmersa en un plan de viabilidad económica que tiene como objetivo garantizar su supervivencia durante los próximos años. Para ello, se han previsto una serie de medidas para reducir gastos (que afecta al apartado de personal, fundamentalmente) y aumentar los ingresos. Y, precisamente, en este último apartado se incluye la intención de desprenderse de algunos de los activos inmobiliarios que tiene la institución en su cuenta.

Para ello, la fundación ha convocado una subasta para desprenderse del edificio situado en el número 3 de la calle Ancha, un inmueble que cuenta con unos 1.000 metros cuadrados de superficie y que es de su propiedad desde hace dos décadas. Actualmente, este edificio está arrendado al Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana, el organismo que se encarga de la gestión del abastecimiento y saneamiento en alta y que está conformado por la Junta de Andalucía y buena parte de los municipios de la provincia.

La decisión de vender este inmueble fue ratificada por el patronato de la fundación (que está conformado a partes iguales por la Diputación y por el Ayuntamiento) a principios del mes de julio dentro de medidas para tratar de mejorar la situación financiera de esta institución, que arrastra una deuda de unos 1,4 millones de euros, según datos aportados a principios de verano.

Fuentes municipales señalaron que se adoptó esta decisión para afrontar débitos tales como el existente con la Seguridad Social, que ronda los 200.000 euros, tal y como se apuntó desde el Ayuntamiento meses atrás. Precisamente, este adeudo provocó que hasta en tres ocasiones fuera sacado a subasta por la Tesorería de la Seguridad Social debido a las deudas de esta entidad. En las dos primeras no se presentaron ofertas mientras que la tercera convocatoria no llegó a realizarse ya que se alcanzó un principio de acuerdo entre el organismo estatal y el Ayuntamiento para hacer frente a este débito.

La Fundación Andrés de Ribera ha fijado un precio mínimo de salida en la puja de 855.000,11 euros, una cuantía fijada tras una valoración realizada por la empresa de tasación Tinsa. No obstante, esta cifra es muy superior a la que fue exigida por la Tesorería de la Seguridad Social cuando la sacó a subasta a mediados de 2011. El único criterio establecido para designar al adjudicatario en el concurso convocado por el patronato de la Fundación es la oferta económica, de ahí que el que presente la mejor propuesta será el futuro propietario.

Según lo apuntado por varias fuentes a este periódico, el Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana podría estar interesado en hacerse con las escrituras de este inmueble situado en un enclave estratégico en el centro de la ciudad. De hecho, al ser inquilino, tendría cierta ventaja con respecto al resto de oferentes ya que cuenta con el derecho de tanteo y retracto.

La Fundación Andrés de Ribera tomó la decisión de desprenderse de este inmueble en una reunión de su patronazgo celebrada hace poco más de un año, aunque un año antes ya barajó la posibilidad de deshacerse de él para hacer frente a los importantes débitos. Mientras, el pasado mes de julio se dio el visto bueno al pliego de cláusulas que regulará esta subasta. La institución cuenta con este inmueble en sus activos desde que le fue transferido de las propiedades que tenía el antiguo 'holding' de la familia Ruiz Mateos a través de la fundación Rumasa, con la que la Andrés Ribera se fusionó a mediados de los noventa. Durante un tiempo fue la sede de la Delegación Municipal de Cultura para, finalmente, ser arrendado al Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana.