En chandal y con la compañía de Luis Carrasco y Juan Diego Valencia, Antonio Rey escucha una y otra vez la granaína que compone su nuevo disco. “Corta ahí, no puede durar tanto, si no se hace muy pesado”, dialoga con el hijo menor de Periquín, “que me está ayudando en la producción musical”, todo un maestro con el Pro Tools. “Aquí podemos estar hasta las seis”, explica mientras se dispone a perfilar el que califica como “discazo” y del que, pese a no estar aún terminado porque le faltan los arreglos, se muestra “muy contento”.      

Al hablar de su nuevo trabajo, el guitarrista lo tiene claro: “Es un disco flamenco pero también entendible para la gente. Tengo claro que si al final no gusta, el que se equivocará seré yo, porque en los otros he estado siempre influenciado por Paco de Lucía, por Vicente Amigo y en este creo que se desprende más Antonio Rey que nunca”, comenta.

El tocaor reconoce que “cuando terminé de grabar 'Colores de Fuego' todavía tenía algunos temas por ahí que no los pude incluir en el disco porque hubiese sido muy largo. Después de estos dos años, y viendo la aceptación del público, que ha acogido bien el trabajo, EMI Music me ofreció la posibilidad de grabar otro y he aprovechado para utilizar esos temas que he comentado más otros nuevos que he sacado”. 

“Se ha grabado pronto-continúa- y aunque lo tenía claro, siempre que te metes en un estudio van saliendo cositas. La guitarra la he metido en 20 días a piñón, y llevo liado casi un mes.  Espero que esto quede terminado en unos quince días. No obstante, el disco no saldrá al mercado hasta principios de abril si Dios quiere”. 

Habituado a la guitarra de concierto, Rey considera que meterse a grabar en un estudio “no me desagrada, aunque me gusta que sea natural, no soy partidario de modificar las cosas con los ordenadores, porque hay mucha gente que se ha aficionado a eso y edita constantemente. A mí me gusta hacer las tomas enteras y luego perfilar algunas cositas, pero prefiero que sea así y esté vivo, ya que de la otra forma suena mucho a máquina. Puede que sea antiguo en ese aspecto, pero prefiero hacerlo como antes, grabar cuatro o cinco veces la taranta, por ejemplo, y luego quedarme con la que esté mejor”.

En esta tercera incursión en el mercado discográfico, la apuesta de EMI Music resulta fundamental. En ese sentido, el guitarrista jerezano considera que “estoy muy contento que una multinacional como EMI Music esté interesada en mí y que vean la carrera a largo plazo. Si con un disco de cante no se gana dinero, imagínate con uno instrumental.... El otro día le mandé los temas para que los fueran viendo y están muy contentos. Eso para mí es una alegría”, relata.

La simbiosis entre discográfica y tocaor se nota, “me dan plena libertad y eso se agradece. Cuando el director de EMI habló conmigo me lo dejó claro, ‘haz lo que quieras porque hagas lo que hagas no vamos a vender’. Prefiero que hagas lo que te gusta, estaremos en todo momento contigo”.

Como ya ocurrió en su segunda entrega, ‘Colores de fuego’, con el que ha logrado numerosos reconocimientos, AntonioRey ha decidido rodearse de colaboradores con renombre. Si en  disco anterior fueron artistas como Estrella Morente, Arcángel y Vicente Amigo los que le arroparon, en este serán otros de idéntico parangón. “En el disco anterior aposté por rodearme de buenas colaboraciones y de nombres, es la única manera de que la gente te preste atención. Me fue bien con esa política y así voy a seguir”. 

Al describir los nueve temas que componen su nueva creación admite que “he hecho tarantas, granaínas, hago unos fandangos de Huelva en los que participan los Makarines, dos bulerías, una de ellas en las que ha colaborado Diego El Cigala, y otra dedicada al Tío Morao, que se la dedicamos Diego del Morao y yo. Hacemos falsetas de su padre y pretende ser un homenaje a su toque”. 

“Luego hay dos temas que me los produce Chavoli, entre ellos una rumbita que será el single del disco, unos tangos que toco con José Miguel Carmona y alguna sorpresa más que ahora mismo no puedo contar”, prosigue con entusiasmo.

“Es un disco muy flamenco, menos comercial que 'Colores de fuego'. Como tengo mi pequeño público no tengo la necesidad de tener que hacer cosas comerciales para vender los discos, porque haga lo que haga los discos no se venden. Ya que hago un disco quiero quedar satisfecho conmigo mismo. Es un disco de un guitarrista que puede tocar solo la guitarra y que también puede meterse por otros caminos como jazz y demás. Aún así no lo he cargado, suena muy flamenco”.  

En su desarrollo como guitarrista, pese a que sólo tiene 31 años, Rey advierte un cambio “en mi manera de tocar, lo noto a la hora de componer. Siempre tienes detalles de otros, porque uno se ha criado escuchando a los mejores, pero ahora tanto en la composición, la melodía, en la forma de tocar y en la pulsación toco distinto, soy más yo, por eso estoy tan satisfecho con este disco. Espero no equivocarme” (risas). 

Su principal preocupación, una vez que ha alcanzado una madurez artística, está en “contentar a mi público. Como he dicho antes, ahora tengo una gente que me sigue por eso tengo que ser fiel a ellos, y también a mí, y darles lo que yo soy. Eso te lo da el tiempo y a medida que vas cumpliendo años vas dejando atrás esa manera de tocar que tenías antes y que a lo mejor se asemejaba a los guitarristas que más te gustaban. Ahora toco lo que siento y tengo claro que a todo el mundo no le gustará pero me da igual”. 

Ahondando en su nuevo toque, el vencedor del último Giraldillo al toque de la Bienal cree que   “he ganado en sonido de guitarra y creo que estoy consiguiendo un sonido propio como el que tiene Diego del Morao, Paco de Lucía, Vicente Amigo o Josemi Carmona. Yo no lo tenía pero en este disco lo tengo. Uno se toma las cosas con tranquilidad a la hora de tocar, no tengo que demostrar nada a nadie y eso se nota. A lo mejor antes me preocupaba más por la técnica y ahora no, me preocupo más por el arte, me he puesto al servicio del arte”. 

“Cuando eres joven-insiste- tienes ganas de decir todo, pero llega un momento en que eres capaz de decir más cosas con menos frases”.  

Su progresión contrasta con aquellos que pregonan la incompatibilidad de la guitarra solista con el baile o el cante, pues a día de hoy, y pese a haberse forjado muchísimo en la compañía de Farruquito, el tocaor jerezano ha desarrollado un estilo propio. Rey rechaza esa cuestión “porque  Paco o Vicente comenzaron tocando para el baile y Tomatito siempre acompañó el cante. No tiene nada que ver y no estoy de acuerdo porque con el baile se aprende muchísimo, sobre todo el ritmo. A mí estar con Farruquito me ha venido muy bien”.

Tras muchos años con el heredero de Farruco, “he decidido dejar de tocar para el baile, me estoy dedicando más al toque solista. Estoy trabajando con Carlos Saura, soy el compositor de su última obra musical, y bueno, últimamente también he logrado el Giraldillo en la Bienal tocando solo, me siento cómodo ahí delante”.

Este último  premio se une a la larga lista de reconocimientos, que van desde el Premio Nacional de Córdoba hasta el de La Unión o el prestigioso Concurso de Los Cernícalos, más reconocido y valorado por los guitarristas fuera de Jerez que en esta tierra. Sobre ello indica que “es cuestión de trabajar y no creerte que eres nada. Al revés, yo me exijo mucho más, porque ahora cuando vas a tocar la gente ya no dice 'vamos a escuchar a este niño', ya van a ver a Antonio Rey y todos esperan un buen nivel. Te voy a poner un ejemplo, cuando toqué en Sevilla estuve diez horas diarias estudiando para llegar a lo que yo quería y no pasar tanto miedo en el escenario. Paco me dijo una vez que era bueno exigirse porque en el momento que te creas que lo sabes todo ya no hay nada que hacer”.

Hasta el propio Paco ha detectado ya sus condiciones y hace unas semanas le invitó a tocar con él. “Fue algo asombroso para mí porque he tenido la suerte de tocar junto con el maestro. Fue en Viena, en uno de sus conciertos, y la verdad es que me hizo mucha ilusión. Toqué un par de temas y salí muy contento”.