Jerez

Arranca sólo con la palabra

  • Bibiana Aido se encuentra un Ministerio con pocos medios · La vicepresidenta y Álvarez arropan a la nueva ministra en su primer acto · Declara que la igualdad es el valor más noble de la democracia

El acto de presentación ayer de Bibiana Aido como nueva ministra de Igualdad de Gobierno Zapatero, fue en desastre pero bien organizado. Y eso que, en el comité de recepción, estaba la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, dos pesos pesados del Ejecutivo socialista en términos políticos.

Pero la urgencia del nuevo Ministerio, que ocupará la antigua sede de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones -antes fue de la Comisión Nacional del Mercado de Valores-, en la calle Alcalá, 37, frente al Ministerio de Educación y Asuntos Sociales, no daba para más.

Como punto de partida, la nueva ministra gaditana se tuvo que conformar con cuatro ordenadores y sendas secretarias cedidas por la subsecretaria de Hacienda, Juana Lázaro, una especie de hada madrina gaditana quizás por ser la presidenta del Consorcio gaditano de Las Aletas.

En cualquier caso, Bibiana Aido, con un traje claro que hacía juego con su ilusión, articuló un discurso que convirtió el nuevo Ministerio de Igualdad en algo importante.

Antes, la nueva ministra exhibió algunas cualidades que atesora a pesar de sus 31 años. De entrada, se ganó a las mujeres periodistas -y a los hombres- cuando acercó a un grupo que se estaba acreditando para el acto. Después, posó para los fotógrafos ante un cartel diminuto que hacía justicia a una cartera en pleno advenimiento. Por último, recibió con naturalidad y afecto a la vicepresidenta primera, que venía de un acto puramente castrense en el que la nueva ministra de Defensa, Carme Chacón, fue la protagonista indiscutible. ¡Buenos son los militares para hacer concesiones en el protocolo!

Cuando le tocó hablar, arropada por un buen número de mujeres con cargos públicos, incluidas lógicamente De la Vega y Álvarez, así como Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación, y Juan Lázaro, por supuesto, Aido agradeció, en primer lugar, al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la confianza depositada en ella "para desempeñar la responsabilidad del nuevo y necesario Ministerio de Igualdad".

Asimismo, la gaditana recordó a "todas las personas que me han mostrado su apoyo -muchas ellas nos acompañan hoy (por ayer), dijo-, e hizo lo propio con "los artífices del trabajo realizado en la anterior legislatura y de los importantes avances conseguidos a nivel legislativo y los esfuerzos de tanta personas, adscritas hoy al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales".

Una vez apurado los agradecimientos, Aido quiso recordar de forma especial a "todas la mujeres que, a lo largo de la historia, han sembrado la semilla de la esperanza de vivir en un mundo más libre y más igualitario". "Para todas las que, en muchas ocasiones del anonimato y a veces a costa de su sufrimiento, han luchado por vivir en un planeta más habitable. Por todas ellas, y por todas las que siguen peleando cada día des cualquiera ámbito por avanzar hacia una sociedad más justo, asumo este reto", sentenció la joven ministra gaditana.

Y dijo que lo asumía "con pleno sentido de la responsabilidad y del deber, con humildad, con ilusión, entusiasmo y determinación". "Y como dice la vicepresidenta, cada vez que una mujer da un paso, todas las mujeres avanzamos", añadió.

Además, se mostró convencida de que "no hay nada más digno que luchar cada día por vivir en un país donde las personas más débiles o las tradicionalmente sometidas y dominadas, tengan su propia voz para reclamar que las relaciones sean más igualitarias y, por tanto, más creativas y fecundas".

Bibiana Aido defendió también "un país en el que el dolor de tantas mujeres sea el dolor de toda la sociedad, porque la libertad se le presupone". "En nuestra lucha sin tregua contra la violencia de género, trabajaremos no sólo para proteger a las mujeres víctimas -tarea más urgente- sino para lograr el aislamiento social de los agresores", agregó.

Según la ministra gaditana, "la igualdad es el valor más noble de la democracia", y trabajar por ella es hacerlo por "el conjunto de la ciudadanía, es apostar por un modelo social basado en el equilibrio y en el reconocimiento de las mismas posibilidades para todas y todos, con independencia de la condición, con independencia del sexo".

La nueva ministra citó al presidente Zapatero para destacar que "la igualdad debe ser una seña de identidad de la España sólida y cohesionada". "Por eso trabajaremos de forma incansable, por eliminar la discriminación en todos los ámbitos y por cualquier motivo", añadió.

Asimismo, la política gaditana insistió en que "la igualdad es mucho más que una cuestión de justicia social, es también una de las principales impulsoras del desarrollo social, político y moral de nuestro país". "Pensando en nuestro futuro económico, debemos ser conscientes de que la igualdad es un requisito de la competitividad".

De cara al futuro, Bibiana Aido apuntó que hay que redefinir "las relaciones entre los ámbitos privado y público: asentar un nuevo modelo social que asuma la corresponsabilidad como eje vertebrador de una sociedad más humana, comprometida con su futuro y plenamente igualitaria".

"Aplicar y evaluar de forma constante la Ley de Igualdad, el apoyo al empleo femenino, reducir al máximo la brecha salarial entre hombres y mujeres o la búsqueda de mayores oportunidades para la juventud, son", a juicio de la ministra de Igualdad, "algunos de los retos que tenemos por delante en la apasionante etapa que nos depara esta legislatura".

Por último, la hasta hace poco máxima responsable de la promoción del flamenco en Andalucía dijo que pretendía articular "no sólo un discurso de mujeres, sino un discurso de ciudadanía", que impregne "cada uno de nuestros actos" .

Bibiana Aido, que se despidió con un "muchas gracias, buenas tardes y buena suerte" muy zapaterista y cinéfilo, consiguió completar su discurso con normalidad, a pesar de que se quedó sin megafonía durante unos minutos por un fallo eléctrico, y cosechó una sonora ovación de los presentes.

Antes del acto en el Ministerio, la gaditana prometió ante el Rey su cargo de ministra.

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