José Montoya Carpio 'El Berenjeno' | Cantaor

“Sé que este premio va a suponer un punto de inflexión en mi carrera”

  • El jerezano cuenta su experiencia en el Concurso de Jóvenes Talentos de la Fundación Cristina Heeren

  • En apenas tres años se ha reivindicado como un nuevo valor del cante

José Montoya Carpio ‘El Berenjeno’ posa después de la entrevista en Diario de Jerez.

José Montoya Carpio ‘El Berenjeno’ posa después de la entrevista en Diario de Jerez. / Miguel Ángel González

En apenas tres años, José Montoya Carpio ‘El Berenjeno’ (Jerez, 1994) ha logrado darse a conocer en el difícil mundo del flamenco. Lleva el ADN en el cante y ahora sólo necesita conformar una base que le permita, como quiere, dedicarse al profesionalismo. De momento, está en el camino, y el primer premio alcanzado el miércoles en Sevilla, ganándose a la exigencia de la Fundación Cristina Heeren, se antoja como un paso fundamental en su corta carrera.

–Cuánto revuelo ha formado usted...

–(Risas) La verdad es que sí porque me apunté a este concurso de casualidad y mira dónde he llegado. Todavía ni me lo creo, miro el premio y me asusto porque aparte había muchísimo nivel.

–Cantar en un ambiente así no es fácil...

–Claro, primero porque para mí era una experiencia nueva y luego porque hay cosas, como puede ser el guitarrista, al que no conoces, que pueden influir. Me dejaron media hora para ensayar con él y poco más; y luego sabes que es una concurso y eso no es como un recital, ahí se mira la forma de cantar, de vocalizar, de los estilos que haces, si desafinas o afinas, y si transmites o no. Pero bueno, para ser el primero, no ha estado mal (risas).

–Cuando un cantaor baja del escenario sabe perfectamente cómo ha estado. ¿Se esperaba ganar?

–Bueno, a mí me tocó cantar el último y los nervios estaban a flor de piel, sobre todo porque estaba escuchando desde el camerino cómo lo estaban haciendo los demás y veía que el nivel era muy alto. Canté y salí muy contento, hasta el mismo guitarrista (Pedro Sánchez) me dijo que se había sentido muy a gusto conmigo. Luego, cuando se empezaron a dar los premios me lo fui creyendo hasta que quedamos Perrito (José Antonio Romero) y yo, que es un pedazo de cantaor, nos miramos y dijimos, qué sea lo que Dios quiera. Y me tocó a mí.

–El teléfono le estará echando humo...

–Sí, el móvil no ha parado de sonar. Me ha llamado mucha gente felicitándome y todos me recomiendan que siga por el mismo camino. Luego, mi familia está muy contenta.

–Es que usted lleva muy poco en esto...

–Sí, la primera vez que me subí a un escenario de un festival serio fue en la 50ª Fiesta de la Bulería con Pedro Garrido ‘Niño de la Fragua’ que me dio la oportunidad. Antes había cantado en El Pasaje y en la Peña La Bulería. A partir de la Fiesta de la Bulería me lo empecé a tomar en serio, porque un tiempo después canté por primera vez solo en una peña, en Don Antonio Chacón. Llevaré unos tres años, no más.

"Intento no parecerme a nadie, pero llevo en la sangre cosas que me salen solas, cosas de familia”

–Lo tiene claro entonces...

–Sí, yo me quiero dedicar a esto y comer del cante. Ojalá pueda llegar a ser una gran figura del cante y además aportar cosas al flamenco que es lo que debemos hacer los jóvenes.

–De todas formas, el ADN o el pedigrí que acumula no lo tiene cualquiera...

–Sí, llevar los apellidos que llevo es de mucho peso, desde mi abuelo Alfonso ‘El Berenjeno’ a mi tío El Garbanzo, mi tío El Mijita, y mis primos José ‘El Mijita’, Alfonso ‘El Mijita’, mi primo Tolo, mi primo David Carpio...Yo lo llevo con mucho orgullo y siempre voy a intentar dejar las cosas lo más alto posible.

–El premio incluye también una beca en la Fundación Cristina Heeren...

–Sí, y es algo que me hace ilusión porque sé que allí voy a aprender mucho. Sólo hay que mirar el abanico de profesores que hay, José de la Tomasa, Segundo Falcón...Yo espero que esta experiencia me sirva para mejorar. De hecho, a partir de septiembre, que es cuando tengo que irme, me pienso instalar en Sevilla.

–¿Cómo se presenta el verano?

–No me puedo quejar. Ahora, el día 7 de julio estaré en Alicante, en la Tertulia Pedro Bacán, el 2 de agosto voy a los Viernes Flamencos con la Peña Los Cernícalos, y el 4 de agosto estaré en la Velada de las Nieves de Arcos. En septiembre, los días 26 y 27 estaré en Madrid, en la Peña El Duende, y en el Centro Cultural El Pozo. Son sitios importantes que espero coger con ganas.

–Usted es de los que se preocupa por aprender....

–Sí, a mí me gusta escuchar mucho cante. Me levanto cantando, como cantando y me acuesto cantando. Me pongo mis cascos y escucho a Mairena, JuanTalega...Mi día a día es flamenco y es con lo que vivo. Tengo claro que para crecer, hay que estudiar. Yo tengo muchas cosas de familia, pero con eso ya no vale, hay que formarse y tener un conocimiento. Lo que tengo de la familia es un diamante, pero me gusta seguir aprendiendo. Pienso que si cantas por seguiriyas o por soleá, tienes que saber el estilo que haces.

–Ahora que se está adentrando en este mundo del flamenco, ¿qué es lo que más le llama la atención?

–Que es muy complicado todo. Hay muchos jóvenes que cantan muy bien, pero es muy difícil hacerse un hueco. Sólo hay que mirar los festivales, en los que casi siempre están los mismos. Que tienen su derecho, pero también el resto. Está claro que a todo artista le llega su momento, pero hay que estar preparado para cuando llegue.

–Muchos aficionados ven en su eco y en su forma de cantar un claro reflejo de su tío El Garbanzo...

–Sí, mucha gente me lo dice. Es algo que a mí me sale, será porque como lo he escuchado tanto desde chico...A veces me han dicho que hago hasta gestos de mi abuelo o de mi tío Mijita. Es normal, va en la genética. A mí me encanta cantar por soleá, pero también por fandangos, que eso era mucho de El Garbanzo.

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