“Los clientes recogen el envío con dos deditos”

Jerez/“No cabe duda de que estamos trabajando con más dificultad, con cierto temor, con una sensación de no saber qué va a pasar, si te vas a infectar cuando menos te lo esperes”. Son palabras de Juanma Cordero, un trabajador del servicio de Correos de Jerez que acude a su trabajo a diario a prestar un servicio considerado esencial, el reparto de cartas y paquetería.

Admite que en el gremio hay “cierta incertidumbre” ya que “no estamos trabajando de forma libre, de alguna manera estamos encorsetados por la situación, o al menos es la sensación que yo tengo”.

Señala que el trabajo se lleva a cabo en estos días de estado de alarma “con máxima prudencia, aunque tengo claro que esto no depende sólo de nosotros, los carteros. Es una profesión que nos obliga a estar en contacto con otras personas y en cierto modo lo que vaya a pasar depende también del cliente”.

Las medidas de cuidados “son máximas, pero ya digo, hasta el extremo que podemos. Normalmente lo que hacemos es llamar al telefonillo y pedir los datos, pero si tienes que entregar un paquete, carta o cualquier otro envío en persona normalmente subimos hasta la planta y entregamos el paquete con toda prudencia, aunque se dan casos en los que el cliente nos dice que metamos el envío en el ascensor y que pulsemos el botón de la planta. Eso sí, bajar a recogerlo no baja casi nadie”.

Preguntado si las personas les reciben con guantes y mascarillas Juanma Cordero lo deja muy claro: “El noventa por ciento no tiene ni guantes ni mascarillas. Eso sí, reciben el envío con mucha prudencia, lo cogen con dos deditos”.

Hay cierta sensación de que el servicio de Correos se ha ralentizado estos días. “Es lógico -señala-, porque estamos trabajando menos personal ya que los mayores de sesenta años y los que tienen ciertas patologías están en sus casas. Además, como hay que guardar las distancias en ciertas carterías que son pequeñas ha habido que organizar turnos. Pero los que estamos trabajando estamos a tope, y nos organizamos de tal manera que un día vamos a un barrio y al día siguiente a otro. Se hace lo que se puede”. A la pregunta de si la empresa pone todos los medios posibles para evitar infecciones señala que “al principio había carencias pero desde hace unas tres semanas no hay problema ninguno en este sentido”.