Buffete Cosano & Asociados

El domingo 8 de diciembre de 1985 fue el gran día. Después de meses y meses de obras y de no pocos tropiezos en el camino, sobre todo en lo económico, el Circuito de Jerez echó a andar en una jornada dominicial en la que el Campeonato de España de Automovilismo estrenó el asfalto de unas instalaciones que aún le quedaban obras por terminar, las cuales de aceleraban al máximo, más aún que en los días anteriores a la cita inaugural: en cuatro meses tuvo lugar la gran puesta de largo con el mundial de Fórmula Uno en abril de 1986.

El día de la Inmaculada nada pudo con la expectación generada ante esta imponente inversión que se convertía en una de las grandes apuestas de Jerez en su proyección mundial y como generador de negocio.

A lo largo de los años se ha comprobado la rentabilidad en la explotación tanto pública como privada del circuito, pese a los vaivenes políticos que han marcado su gestión. Momentos cumbres como la Fórmula Uno, desde 1986 a 1992, fueron excepcionales para situar en el mapa a Jerez. Pero no cabe duda que el motociclismo es el que la consagró a escala internacional tanto por afición como por la tradición ‘motera’ jerezana.

La prueba inaugural llenó las gradas con 45.000 personas, con un piloto jerezano en la pole Miguel Arias. En el acceso, retenciones que llegaron hasta los seis kilómetros.

Fue la constante durante años hasta que se construyó la autovía y se crearon dispositivos de seguridad para las grandes carreras. Una vez abierto el circuito, aún quedaba por delante el enorme reto de acoger a la Fórmula Uno cuatro meses después.

Asunto nada baladí si se tiene en cuenta la altas exigencias que se piden para que un trazado sea homologado y pueda acoger una de la pruebas del mundial. Jerez logró hacerse con el contrato frente a Barcelona, -que después se lo llevó-, pero consiguió traer de nuevo a España a los impresionantes monoplazas y pilotos.

Días antes de la apertura, el 4 de diciembre, Bernie Ecclestone, patrón de la Fórmula Uno, firmaba con Pacheco el acuerdo por siete años de carreras. Ese día Ecclestone visitó el trazado y lo inspeccionó. Junto a estos, el entonces presidente de la Junta, Rodríguez de la Borbolla, fue apoyo fundamental para que todo esto sucediera para la historia.