Orientaciones y estrategias escolares

Comunicación no-verbal del profesor y disciplina en el aula

  • Las habilidades para que un profesor pueda controlar un grupo de alumnos, y más si son adolescentes, no se basan ni en sus conocimientos científicos ni en sus órdenes verbales, la experiencia demuestra que la clave está en la comunicación no-verbal.Uso de la mirada y errores más comunes

Un etólogo, estudioso del comportamiento animal, definiría una clase de un Centro educativo como "una manada de cachorros humanos bajo el control de un humano adulto, dentro de un recinto cerrado, con la intención de provocar en ellos un aprendizaje, para el que no están genéticamente predispuestos".

Al aprendizaje natural de los animales, espontáneo y por imitación, para el que sí estamos biológicamente preparados, los sistemas educativos le han añadido un aprendizaje cultural-artificial. Es artificial porque está planificado por los adultos independientemente de los intereses de los cachorros; porque se da en escenarios no reales; porque se hace de forma uniforme e intensiva; en períodos muy extensos; en previsión de necesidades futuras etc.

No discuto la utilidad y la necesidad de los sistemas educativos, simplemente constato que "estudiar" es una actividad para la que no estamos genéticamente programados y que provoca reacciones naturales de rechazo o desinterés. Hay que contar con esto para plantear una estrategia inteligente.

En las situaciones grupales, como una clase, el comportamiento de los individuos es menos autónomo y reflexivo y más gregario, donde la necesidad de ajuste grupal lleva a dar prioridad a las emociones y a la comunicación no-verbal, especialmente a las procedentes del líder del grupo.

Todo grupo de alumnos espera del profesor dos mensajes básicos: "yo soy vuestro jefe porque conozco el camino", "yo os acepto". Naturalmente estos mensajes deben estar adaptados a la edad y ser compatibles con el deseo de autonomía personal y de reconocimiento.

¿Cómo "se deja claro" que quien dirige es el profesor? ¿Diciéndolo? ¿Recordando la normativa del Centro? No es suficiente. Y muchas veces el tener que decirlo y repetirlo una y otra vez, es la prueba evidente de que no se tiene el control del grupo. Y peor si se recurre a la autoridad del Director o del Jefe de Estudios. La vía fundamental de comunicación es la no-verbal. Dentro de las posibles formas de comunicación no verbal, las más poderosas para transmitir mensajes de "dominio" o "aceptación" son: la mirada, la voz y la postura.

Todos los humanos desde muy pequeños somos expertos en descifrar los mensajes que mandan los demás con sus miradas. La mirada es una conducta que transmite emociones: alegría, miedo, amor, seguridad, rechazo, aceptación, ira, dominio, sumisión, etc.

De igual forma ocurre con la voz. La voz es el caballo en el que cabalgan las palabras. Paralelamente al mensaje verbal hay un mensaje emocional a través de la voz, que transmite las mismas emociones que la mirada. La voz, al igual que la mirada, puede ser dura, seca, suave, lenta, nerviosa, airada, alegre, serena, confiada, insegura, humilde, altiva, seductora, fría, cálida, etc.

Y la postura corporal es una síntesis de nuestro estado de ánimo. Podemos estar erguidos con seguridad, desplomados o arrugados de impotencia, estirados altivamente, etc.

Un profesor que maneje una mirada segura y acogedora, se ahorrará muchas palabras y ganará la atención de sus alumnos, especialmente en los momentos críticos, como los inicios de una clase o cuando se producen conductas perturbadoras.

El contacto ocular debe durar lo suficiente para que el alumno se sienta mirado y no alargarse tanto que se sienta agobiado. Una mirada acogedora es un refuerzo positivo, por eso debemos distribuirla de forma continuada entre los alumnos, de delante hacia atrás, de izquierda a derecha, en diagonal, en todas las direcciones.

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