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Cabalgata de Reyes

Coronados de ilusión en el Alcázar ante una multitud

  • Los Reyes Magos reciben sus coronas de sus antecesores en el Reino de la Ilusión

Coronación de los Reyes Magos de Jerez / Miguel Ángel González

Los Reyes Magos de Jerez fueron coronados en el marco del Alcázar de Jerez. Cipreses como fondo y piedras milenarias como bambalinas de un acto que rebosó ternura. Y es que el Patio de Armas del Alcázar se vio abarrotado de familiares y amigos de sus majestades de Oriente, además de multitud de padres que acudieron con sus hijos para que comprobara la forma en que Jerez honra a sus Magos.

Comenzó el acto con los representantes del año pasado sentados a diestra de los monarcas. Allí estuvieron José Manuel Martín, Juan Carlos Carrasco y Felipa Medrano, añorantes sin duda de la experiencia vivida un año antes. Fueron ellos los encargados de coronar a sus sucesores ante la mirada de la alcaldesa, Mamen Sánchez, buena parte de su equipo de Gobierno y representantes de la Asociación de Reyes Magos.

Bullía el Patio de Armas cuando el Gran Visir, el encargado de recoger las cartas de los niños jerezanos hizo acto de presencia. Perfectamente caracterizado y metido en su rol saludó a diestro y siniestro hasta instalarse en el estrado a la espera de los Monarcas de Oriente. Rafael Mateos derrochó amabilidad, desdoblándose para ser fotografiado por multitud de padres que le enfocaban mientras posaba con sus niños.

El acto fue conducido por Andrés Cañadas Salguero que, como maestro de ceremonias, recordó la forma en la que los Magos de Oriente se plantaron ante el Portal de Belén para rendir honores. Así, enumeró las ofrendas que cada uno de los Monarcas portó ante el Niño Jesús: “El oro por su carácter de Rey, el incienso, por su condición de Rey y la mirra por el hecho de ser hombre”.

Bullía de animación el Alcázar cuando los Reyes Magos fueron apareciendo, uno tras otro, para subir al estrado. Todos ello lo hicieron a 'cabellera gentil', luciendo en plenitud la figuración y el conseguido maquillaje. “Grandes prodigios se produjeron ante en advenimiento del Niño Jesús”, proclamó el maestro de ceremonias mientras recordaba la forma en la que la estrella de Belén se paró justamente donde el Niño había nacido.

Fue tras esto cuando Melchor 'Gandón', el Rey de la Luz, el más anciano de todos, hizo acto de presencia. Vitoreado por la multitud subió al estrado. Acto seguido lo hizo Gaspar 'Huguet', quien llegó hasta Jerez “en un corcel enjaezado con los más bellos bronces portando su ofrenda de incienso. Para terminar, Baltasar 'Moreno', el asirio, “al que Dios proteja de por vida”, hizo lo propio “tras llegar a Jerez a lomos de su espectacular elefante”. En sus manos la ofrenda de mirra que recordó la condición humana de Jesús y los sufrimientos que le esperaban en su edad adulta.

Todos los ellos, los tres, pronunciaron el juramento, el mismo que les preguntó que “no guardarían la mejor sus sonrisas para los suyos, que sabrían valorar que la sonrisa de un niño es el mejor de los regalos, así como que repartirían su alegría por igual”.

Todos ellos, entonces, fueron coronados por quienes el año anterior les antecedieron en tal honor. Recibieron sus diplomas y se erigieron en Monarcas de la Ilusión. “Os espera el mejor regalo: la sonrisa de un niño”. Y los monarcas pusieron rumbo a sus carrozas para repartir ilusión a raudales por las calles de Jerez.

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