MÁS que controladores, deberían llamarlos a partir de ahora descontroladores aéreos, porque vaya la que han liado este pasado fin de semana. Ahora, después de que el gobierno declarara el estado de alarma, todos han vuelto a sus puestos de trabajo, pero lo han querido hacer rajando, contestando a las miles de personas que los están poniendo a caldo a través de las redes sociales. Ni cortos ni perezosos se quejan de que se les trata como a esclavos, que no dan abasto y que falta personal, unos argumentos que, por cierto, se pueden escuchar en el 95% de las empresas de este país, lo que pasa es que mientras ellos cobran una millonada, la gran mayoría de los curritos se tienen que conformar con ser mileuristas. De momento, el Gobierno afirma que lo sucedido no volverá a ocurrir más y además AENA ha abierto más de 400 expedientes, pero el daño ya esta hecho, no sólo a los pasajeros, sino a la imagen de todo un país.