Jerez

Detenido por estafar 51.500 euros en seguros que no llegó a contratar

  • La Guardia Civil cifra en 200 personas el número de afectados El presunto estafador llegaba a pedir a sus clientes que cambiaran la fecha de los accidentes para hacerles pólizas válidas

Todo se fraguó en la plaza Kiyosu, una pequeña plaza que se ubica entre las inmediaciones de Chapín y la avenida de Arcos. En el local número 4 del número 10, la correduría 'Seguros Generales' ofrecía todo tipo de servicios a quien estuviera interesado en hacer un poco más segura su existencia. Los clientes confiaban plenamente en que el dinero que entregaban les servía para cubrir riesgos en caso de accidente de tráfico, de muerte o de siniestro en el hogar. Nada más lejos de la realidad. El detenido, José Antonio J. M., hacía dos cosas. O contrataba el seguro por un determinado tiempo y lo daba de baja al poco o, simplemente, no lo acordaba con las compañías aseguradoras. El dinero, evidentemente, se lo embolsaba. Según los primeros cálculos de los investigadores de la Benemérita en la ciudad puede haber del orden de 200 afectados por esta burda estafa. En total, unos 1.200 meses que deberían de haber sido pagados no lo fueron.

Estos hechos le han valido la detención después de estafar del orden de 51.500 euros a clientes de todo tipo, incluidos entre ellos familiares cercanos y propietarios de negocios de la avenida de la Universidad. Su hijo también ha sido imputado.

¿Qué sucedía cuando alguna persona sufría un accidente? Pues simplemente el detenido los convencía para que, bajo la excusa de evitar problemas, cambiaran la fecha del mismo. Cursaba entonces una póliza que cubriera el siniestro para de esta forma, 'in extremis', lograr una cobertura efectiva pero falsa a todas luces. De esta forma, como se puede comprobar, la estafa se duplicaba, tomaba dos caminos, pues a los clientes engañados se le unían de esta forma también las propias compañías aseguradoras, que afrontaban unos pagos que escapaban a sus responsabilidades.

Según informó ayer la Guardia Civil todo comenzó cuando tras un accidente de tráfico los agentes se encontraron con un conductor que aseguraba tener seguro en vigor, mientras que los sistemas policiales que dan acceso al registro de vehículos asegurados decían todo lo contrario. Tal empeño mostró el conductor en demostrar que tenía 'papeles' que los agentes resultaron convencidos de su relato.

Derivado el caso a los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil éstos comenzaron a tirar del hilo. En un primer momento encontraron 28 casos de personas que creían tener seguro de coche y en verdad carecían del mismo pese a haberlo pagado. Poco después llegaron los seguros de defunción y los del hogar.

Los vecinos de la zona fueron testigos de la actuación de la Guardia Civil. Entre ellos había incluso afectados por las prácticas irregulares de José Antonio J. M. A todos les llamó la atención la forma en la que la Guardia Civil se llevaba a sus departamentos todo material que hubiera en la correduría, desde ordenadores a archivadores. El análisis de los mismos deparó la referida cifra de 200 afectados.

Ayer, el local 4 del número 10 de la plaza Kiyosu se mostraba vacío. Ni un sólo rótulo en la pared. Unos papeles, pegados en el cristal de un escaparate, impedían ver el interior.

Un vecino de la zona, ajeno a las últimas noticias, tan sólo confirmaba una realidad: "En este local ha pasado algo porque los guardias estuvieron trabajando por aquí". Los negocios cercanos han sido los más afectados. Creían estar seguros... y no tenían nada.

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