Los voluntarios de la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Asidonia-Jerez han culminado con éxito su campaña de Reyes Magos 2021. Las restricciones de este año por la Covid-19 han convertido la actividad en todo un reto de superación para un colectivo con escasos recursos y miembros (medio centenar de personas), pero que se entrega durante todo el año, en cuerpo y alma, a la tarea de humanizar las tres cárceles ubicadas en el Puerto de Santa María.

La laboriosa actividad emprendida el pasado mes de octubre, en la que los hombres y mujeres de esta Pastoral se dedicaron a comprar y rellenar de pequeños regalos más de 1.900 bolsas de tela, se vuelve a ver recompensada por la alegría y sorpresa, en muchos casos, de los internos de Puerto I, II y III. Debido a la Covid-19, este año los presos han recibido sus regalos en una mochila que contenían hasta cinco de estos objetos: calcetines, gorros, bragas para el cuello, mascarillas, guantes y agendas, pasatiempos, además de bolsa de caramelos y un almanaque, obra de Fernando Tena, voluntario de la Pastoral que falleció recientemente debido a la Covid-19. Los regalos han podido ser adquiridos gracias también a la colaboración de todas las parroquias de la Diócesis.

Los propios internos de las prisiones han encarnado a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente y al séquito de pajes, encargados de entregar los regalos junto a voluntarios y funcionarios de los tres centros. Al menos por unas horas las cárceles de El Puerto se han transformado en espacios de esperanza.

En el módulo 15 de la Centro Penitenciario de Puerto III (aislamiento) el silencio del pasillo inquieta incluso a los internos que jamás han pisado ese espacio. Tres presos que encarnan a Sus Majestades los Reyes de Oriente son los encargados de entregar a los compañeros las pequeñas mochilas cargadas con sus regalos. “La cara de quien lo recibe es indescriptible”, dice Inma Vázquez, voluntaria de Pastoral. “Algunos están como adormecidos, tumbados en sus camas y no salen del asombro al vernos entrar felicitándoles, al tiempo que sus compañeros les entregan los regalos. Cuando nos marchamos y cierran nuevamente las puertas de sus celdas es emocionante las palabras de agradecimiento que recibimos”.

“Y es que el sonido del cerrojazo -afirma Inma Vázquez- se hace imperceptible con los gritos de agradecimiento que quedan en el interior, por el gesto humano demostrado con ellos”.

Antonio (nombre ficticio) así lo expresaba en su celda del módulo 15 momentos después de asimilar su sorpresa: “¡Gracias, muchas gracias… Si me parece que estoy soñando viendo a los Reyes Magos aquí dentro!”.

En los voluntarios de Pastoral Penitenciaria queda la satisfacción de seguir participando en un proceso nada sencillo de reconciliación humana y reinserción social. Como señala Guillermo González, secretario de la Pastoral, ese proceso lento “va íntimamente unido a nuestro compromiso cristiano con todos los internos, independientemente de sus creencias, pues no hacemos proselitismo en las cárceles, sino que llevamos esperanza diariamente a todo ser humano que nos quiere recibir. Tenemos un ropero para aquellas personas que viven en la indigencia, asesoramos jurídicamente a quienes lo solicitan, estamos en contacto con las familias de los internos que nos piden ayuda, hemos puesto en marcha un estudio de radio para desarrollar actividades terapéuticas basadas en el diálogo y la cooperación en equipo. En fin, hay que desear vivir en coherencia con el Evangelio para disfrutar de esta experiencia, que también se disfruta”.

Por primera vez la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Asidonia Jerez ha emprendido una campaña de captación de fondos a través del proveedor de servicio de pagos Bizum. El resultado ha sido muy satisfactorio pues se ha logrado recaudar, entre este sistema y otras donaciones, algo más de cinco mil euros, dinero que servirá para mantener los programas que se llevan a cabo en esta Pastoral que cuenta con el agradecimiento de Instituciones Penitenciarias por la labor realizada. Así, el pasado mes de marzo, Pastoral Penitenciaria confeccionó y donó más de 3.500 mascarillas para la población reclusa y los funcionarios de las tres cárceles de El Puerto.