Jerez

Europa se moviliza para atajar el pánico y convoca una cita del G7

  • Italia cede a la presión de los mercados y anuncia nuevas medidas de ajuste · Bruselas pide a España más "contundencia" en las reformas · El nuevo fondo de rescate para la Eurozona estará listo en septiembre

Europa interrumpe en seco sus vacaciones ante el recrudecimiento de la crisis de deuda. Tras una semana de infarto en los mercados financieros, la Comisión Europea se vio obligada ayer a dar la cara para intentar tranquilizar a las bolsas. Lo hizo el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, que aseguró que el nuevo fondo de rescate europeo estará listo "en semanas, no en meses" para comprar deuda de los países del euro que están sufriendo y conceder préstamos. Asimismo, Italia cedió a las presiones de los mercados y su primer ministro anunció por sorpresa que acelerará las reformas anunciadas en julio a las que añadirá otro paquete. Por último, los líderes de la UE convocaron una reunión de urgencia del G7 para intentar frenar el pánico.

Rehn aseguraba por la mañana que no creía que España e Italia fuesen a necesitar una ayuda especial "porque las bases de sus economías no lo justifican", pero al mismo tiempo les apretaba las tuercas exigiendo más contundencia en la aplicación de las reformas. En concreto, el comisario pidió al Gobierno de Zapatero que ponga en marcha "tan rápido como sea posible" los ajustes a los que se ha comprometido -financiera, laboral y fiscal-. "Su aplicación de manera enérgica es de suma importancia", apuntó para insistir en la necesidad de que los objetivos de reducción de déficit se apliquen "de manera estricta, en especial a nivel regional". También puso el acento en la reforma bancaria, "especialmente", la de las cajas.

Ante este requerimiento, la ministra española de Economía, Elena Salgado, indicó que el Gobierno "tiene toda la determinación de profundizar en las reformas" y de continuar cumpliendo el compromiso de déficit. Así, aseguró, por una parte, que "a finales de septiembre" estará terminada la reforma del sistema financiero y recordó que "tanto el Estado como las comunidades están dando señales de que el cumplimiento del objetivo del déficit es un objetivo fundamental".

Rehn también anunció que, "en semanas, no meses", estarán listos los cambios en el fondo de rescate europeo necesarios para que pueda comprar deuda en los mercados y conceder préstamos a países con dificultades. "El trabajo técnico será completado por la vía urgente", de manera que el pacto debe estar listo "a principios de septiembre". Por ello, instó a los países de la Eurozona a que aceleren los trámites de ratificación del acuerdo en sus parlamentos. "Espero que todos los estados miembros de la zona euro hagan lo que se espera de ellos".

Aunque no habló de cantidades concretas, defendió la posibilidad de ampliar la dotación del fondo de rescate -cuenta con 750.000 millones de euros-, como sugirió el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, en una carta enviada a los 17 líderes de la Eurozona.

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) también espoleó a los países de la Eurozona. Lanzó un serio aviso: sin nuevos ajustes, no habrá ayudas. En un mensaje claramente dirigido a Italia, el organismo regulador se mostró dispuesto a comprar deuda italiana y española sólo si el país transalpino aceleraba sus reformas estructurales.

Y la respuesta no se hizo esperar. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció por la tarde la aceleración de algunas de las medidas de ajuste contenidas en su reciente plan de austeridad y la aprobación de nuevas reformas destinadas a calmar la inquietud de los mercados.

Berlusconi se presentó, junto a su ministro de Economía, Giulio Tremonti, ante la prensa tras mantener una serie de conversaciones telefónicas con los principales líderes europeos para explicar los cuatro pilares sobre los que se asientan las reformas con las que pretenden acabar con la "especulación" de los mercados.

Los dos primeros se basan en las finanzas públicas y contienen la introducción de la "ley de oro" del equilibrio de las cuentas públicas en la Constitución, así como el anticipo de ese objetivo de déficit próximo al cero en 2013 (un año antes). Los otros dos pilares afectan a la economía privada y contemplan una reforma laboral que será llevada en breve al Senado, una vez planteada a los agentes sociales, así como la liberalización del mercado empresarial, que será "la madre de todas las liberalizaciones", en palabras de Tremonti.

Berlusconi y el resto de líderes europeos -como la canciller alemana, Angela Merkel; el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el líder británico, David Cameron- mantuvieron ayer múltiples conversaciones a varias bandas ante la gravedad de la crisis de la deuda. Fruto de las mismas fue la convocatoria urgente de un G7 de ministros de Finanzas, una reunión que en un principio estaba prevista en Marsella (Francia) para el 8-10 de septiembre y que podría ser preparatoria para un G8 de jefes de Estado y de Gobierno, según anunció Berlusconi tras conversar por teléfono con Sarkozy.

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