Jerez

Fácil para salir, difícil para entrar

  • Crónica de una vuelta en la línea 3, una de las más utilizadas por los mayores, la cual abandona el centro con enorme rapidez, pero padece a la vuelta el suplicio de Porvera

La línea 3 es una de las más demandadas de la ciudad. Es la que conecta desde ayer la Rotonda de los Casinos con Las Torres y el Hospital. Antes llegaba hasta la plaza Esteve, "hasta donde debe llegar", dicen sus usuarios, en mayor parte personas mayores, jubilados que ayer clamaban contra todo aquello que sonara a Ayuntamiento, Cojetusa y autobús urbano. Sentados en la marquesina de la Rotonda, o bien en pie intentando descifrar el galimatías del plano, casi dos decenas de mayores esperaban ayer al borde de las diez y media de la mañana que llegara el bus mientras padecían un ataque colectivo de nervios. "¿Por qué tienen que tocar lo que bien funciona?", se preguntaba en voz alta una señora mientras a su lado, un grupo de jóvenes trabajadores eventuales de Cojetusa recoge firmas para pedirle a la alcaldesa, Pilar Sánchez, que dé marcha atrás. "Si esto sigue adelante nos vamos a la calle entre 70 y 80 empleados eventuales", proclaman un grupo de muchachas y muchachos que ven, con sorpresa, que apenas tienen que pedirle a nadie que firme. Son los propios usuarios los que hacen cola para dejar constancia de su deseo en el papel tras plasmar en él su nombre, DNI y firma.

Sentado en la marquesina, un jubilado proclama a los cuatro vientos que en Jerez se ha creado un nuevo especimen de jubilado, el 'miraescaparates', "que es ese pobre jubilado que cargado de bolsas se desplaza desde la plaza de abastos hasta los Casinos, parándose ante las tiendas cada vez que el dolor de riñones le obliga a parar. Antes sólo había que recorrer unos metros, ahora son cientos de ellos".

Alfonso Guerrero, el conductor de uno de los tres autobuses que ayer por la mañana cubrían la línea 3, se muestra estoico ante las iras de los pasajeros, si bien no puede reprimir alguna sonrisa cuando las críticas suben de tono hasta alcanzar un nivel impublicable. "La mañana va fatal, se ve que los clientes no se han informado ni están conformes con la nueva red", responde cuando se le pregunta qué tal va la mañana.

Nada más abandonar la Rotonda el autobús se encamina por la Porvera a través del carril bus. El conductor extrema las precauciones pues sabe que es posible que un peatón despistado se le meta bajo las ruedas del vehículo mientras cruza mirando al lado equivocado.

El autobús sale del centro con inusitada rapidez. En apenas unos pocos minutos se planta en la calle Lealas. Vista la cola que iba en procesión en dirección al centro es lógico pensar que el retorno no va a ser tan rápido. Al lado del colegio 'Isabel La Católica' el autobús aprovecha otra 'aleta de tiburón', si bien en esta ocasión sale de ella teniendo que evitar a una joven que baja con su ciclomotor por la calle de siempre sin percatarse que ahora es dirección prohibida.

Poco antes de llegar al Hospital dos autobuses de la línea 3 se solapan, es decir, se alcanzan. La única solución pasa porque uno de los dos vehículos se quede sin pasajeros y coloque el cartel de fuera de servicio para, de esta forma, dar ventaja a su predecesor y, acto seguido, emprender la marcha.

Al llegar al hospital el conductor para el vehículo y recoge a una madre y su hija de una parada: "Suba señora -le dice- pero sepa que esta parada ya no funciona", "¿Cómo va a ser eso -responde la mujer con gesto de incredulidad- si esto es una parada con marquesina y todo?". Los deberes, a la vista quedó, no estaban hechos. Buena prueba de ello la marquesina que ayer se anclaba al suelo en plena Porvera o la referida del hospital, que ya no sirve.

La niña es con mucho la más joven de los pasajeros. Los usuarios de la línea 3 son todos jubilados, personas de edad que ayer vieron que les habían quitado la red de autobuses que deseaban. "Si esta mujer (por la alcaldesa) lo que quiere es que nos quedemos en casa que lo diga de una vez por todas", proclama en alto Rafael Moreno. Llegado a la Porvera, el autobús se suma a la fila india que ansía alcanzar el centro. Por el carril-bus otro vehículo de la línea 3 sale del centro sin ningún problema merced a la protección que le otorga la 'aleta de tiburón'. Ironías de la nueva red de transporte urbano.

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