Educación

La Flampa reactiva las medidas para mejorar los servicios de comedor

  • A través de la ‘Plataforma por unos comedores dignos’ pide a la Junta un plan de actuación

La Flampa reactiva las medidas para mejorar los servicios de comedor

La Flampa reactiva las medidas para mejorar los servicios de comedor / Pascual

Cuatro meses después de la polémica suscitada con los servicios de comedor de la empresa Aramark en el CEIP Gloria Fuertes y que generó toda una oleada de protestas en otros centros de la ciudad, la Flampa ha vuelto a mostrar su preocupación por este asunto, que ha quedado en el olvido pese a las reacciones políticas generadas entonces.

Tras reunirse con el delegado territorial de educación, Miguel AndreuEstáun, a finales del pasado mes de marzo, la Flampa se comprometió a remitirles un documento elaborado desde la Plataforma por unos Comedores Dignos y Saludables, en el que se analizarían las prescripciones técnicas del actual pliego de condiciones de este servicio, además de plantear diversas propuestas con la idea de “reformular los criterios” buscando así “un modelo más adecuado y respetuoso”.

De momento, tal y como asegura su presidenta Geli Sánchez, “no hemos tenido noticias de ello”. Por eso, hace unos días, representantes de la Flampa se entrevistaron con David Cifredo, de Facua Cádiz, con la intención de buscar una nueva vía de solución, principalmente en lo que respecta a la ley de transparencia, toda vez que las teóricas inspecciones llevadas a cabo en su día no han salido a la luz.

La Plataforma Por unos Comedores Escolares Dignos y Saludables, creada tras lo sucedido con el Gloria Fuertes, y que está formada por diferentes Ampas de colegios públicos de Jerez del lote 7, es decir, los que tienen asignados a la empresa concesionaria Aramark, aseguran en el informe elaborado junto a la Flampa que dichos servicios presentan “deficiencias en el cumplimiento de las Prescripciones Técnicas”.

A lo largo de veinte páginas, el escrito, al que ha tenido acceso Diario de Jerez, se proponen distintas posibilidades para un mejor servicio, que afecten tanto a la producción como a la distribución de la comida, así como a las condiciones laborales a las que están sujetos sus trabajadores/as.

Desde la Flampa se insta a la Junta a promover un servicio de “cocina central” a los caterings para que “la elaboración y distribución diarias” de las comidas “conserven la frescura de los alimentos”.

Del mismo modo, se solicita a la Consejería que de cara a los próximos concursos públicos se ofrezca “una posibilidad real de acceso a empresas locales y cercanas a los centros docentes (incluir el criterio de proximidad de las cocinas centrales a los centros escolares como valor añadido en las baremaciones, limitar el número de centros por lote, etc…)”.

Asimismo, se solicita medidas compensatorias en caso de que el servicio público no se preste con normalidad y conforme a las prescripciones técnicas aprobadas.

Del mismo modo, desde la plataforma se insiste “en la necesidad de calcular la proporción del número de trabajadores en función del registro real de usuarios con plaza”; y en lo que respecta a la comunicación se plantea la posibilidad de que la plataforma “pueda operar como enlace directo ante el representante de la APAE y los responsables de otras instituciones frente a la empresa concesionaria”.

Pero donde incide más esta plataforma es en lo que atañe a la empresa Aramark, que sirve a todos los centros que la conforman: Nuestra Señora la Paz, Pío XII, Ciudad de Jerez, Luis Vives,Federico Mayo, Gloria Fuertes, La Unión, Torresoto, El Retiro, El Membrillar, Blas Infante, San José Obrero, Pablo Picasso, Guadaluz, Isabel La Católica, Las Granjas, Poeta Carlos Álvarez y Manuel de Falla.

Sobre dicha empresa, el escrito solicita la necesidad de disponer información nutricional del menú, así como una clara identificación de los ingredientes de cada uno de ellos; la mejora de la calidad de estos (reducción de hidratos de carbono, escasez de proteínas o la petición de uso de materias primas de primera calidad...), la eliminación del criterio claramente sexista y discriminatorio en la distinción de cantidades según sexo entre niños y niñas; un mayor control de los protocolos de certificación ecológica de los alimentos, y controlar el exceso de conservantes existentes en las dietas.

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