El secretario local de Comisiones Obreras, José Manuel Trillo, puso ayer el grito en el cielo para denunciar la "situación dramática" del paro en Jerez tras la inesperada subida de agosto, mes que los sindicatos pensaban sería propicio para proseguir la racha de tres meses consecutivos de bajada, que sin embargo se quebró con una subida de más de un centenar de parados.

El resto de los que tienen algo que decir en este capítulo parece haberse quedado sin palabras para describir la papeleta que tienen encima las administraciones públicas con este mal endémico de Jerez, donde no valen ya excusas del menor crecimiento que en el entorno porque las cifras totales de casi 26.200 parados sobre una población total de poco más de 200 mil habitantes lo dicen todo.

Sin pelos en la lengua y exasperado, Trillo admitió estar cansado y sin ideas de qué más pueden hacer los agentes sociales para que de una vez por todas se adopten las medidas necesarias para que la ciudad pueda desprenderse del lastre que arrastra desde que se le negó un plan de reindustrialización para compensar la reconversión bodeguera de los noventa por la que, según este responsable sindical, de 20.000 empleos directos e indirectos que generaban las firmas vinateras jerezanas apenas quedan en la actualidad unos 4.000. "Se perdió el sector industrial y desde entonces sólo se han instalado en Jerez grandes superficies comerciales y tiendas", nada que aporte empleo estable y de calidad como reclaman los sindicatos, que advierten de que "si nos quedamos sentados a llevamos clara, porque un mes y otro seguiremos igual o peor. Y no estoy siendo alarmista", apostilla Trillo.

A la herencia del ocaso bodeguero se une la crisis global, especialmente cruenta con el empleo en España, también en Jerez, a cuyo amplio historial cabe incorporar los datos de un agosto en el que los platos fuertes, el turismo y la vendimia, pasaron de puntillas.

En términos relativos, el octavo mes del año registró una subida del 0,43% que tuvo especial incidencia en los servicios (185 parados más y un total de 13.665). La agricultura -en plena vendimia- apenas registró variación (17 desempleados menos y 720 en total), mientras la industria aportó 7 parados más (totaliza 1.873) y el apartado de sin empleo anterior se disparó en 75 personas (acumula 4.460 tras el maquillaje al que se vio sometido en los meses previos al verano). La construcción, al amparo de los planes especiales, se desmarcó del resto con una bajada de casi 130 parados y 5.480 en total.

Igualmente negativo resulta el análisis de la evolución en función del género -y en esto Jerez sigue una tendencia distinta al resto-, ya que agosto dejó un saldo de 256 desempleadas más, que marcan un nuevo máximo histórico con 14.792 afectadas, mientras los hombres vieron reducido su registro en algo más de centenar y medio de parados, con un total de 11.396.

A juicio de Trillo, si no fuera por los planes especiales, que por cierto son pan para hoy y hambre para mañana porque suponen tres o cuatro meses de salario mísero, "tendríamos el doble de subida y lo más grave de todo es que se empiezan a oír voces en defensa de que la mujer vuelva a la casa y los inmigrantes se vayan a sus países de origen, algo inadmisible porque el trabajo es un derecho universal".

Desde una perspectiva temporal más amplia como es la interanual, las estadísticas de agosto reflejan un aumento cercano al 24% del que únicamente escapa la agricultura con unos 300 desempleados menos. El incremento en el resto de los sectores oscila entre el 33% de los servicios (3.300 parados más) y el 42% de la construcción (+1.600).

Mujeres y hombres presentan datos globales más equilibrados, ya que ambos crecen en torno a los 2.500 parados en el último año, lo que se traduce en un incremento del 25% para el paro masculino y del 20% para el femenino.