Mientras se suceden los mensajes sobre la recuperación macroeconómica y el advenimiento de la traducción de las macrocifras en el fin de los microdramas, Jerez vuelve a exhibir las peores cifras de desempleo en un mes que el Gobierno ha 'vendido' como un ejemplo de que es cierto que se ha atravesado el Cabo de Hornos de la crisis. La ciudad, no. 

Números: 463 parados más, lo que es un 1,2% más que en enero; un 57% de los nuevos demandantes de empleo en la provincia (Algeciras, con un 1,8% de incremento y Chiclana, con un 1,3%, son las únicas poblaciones significativas de la provincia que superan a Jerez en porcentaje de subida, aunque no en número); y otra vez por encima de los 36.000 parados -36.308, para ser exactos-. Queda atrás el mínimo del último año, cuando en agosto los demandantes eran 34.196. Y sólo habría que consolarse, si tanto número tiene consuelo, con que el interanual, es cierto, ha caído en un 2,3%. En febrero de 2013 las oficinas del servicio de empleo con más trabajo de toda Andalucía tenían contabilizados 37.200 parados. A día de hoy son 892 parados menos respecto a una cifra que representó un máximo histórico en la ciudad.  

En realidad, no es que sea extraño que en febrero se incremente el número de parados. Hasta la llegada de la Semana Santa los primeros datos del año no suelen ser buenos. De hecho, Jerez se encuentra en los niveles de incremento de paro en este mes de 2011 y la 'sangría' es menor que en 2012 y 2013. El problema se encuentra en que la ciudad no sigue la tendencia de creación de empleo que sí se está produciendo en otros lugares.

Y una vez más la explicación parece encontrarse en el sector con un mayor número de demandantes: Servicios. En el interanual, el que hace tiempo que es el principal motor -por estacional y precario que sea- de la creación de empleo en la región, los desempleados se han incrementado en 150 personas. Esta cifra tiene sus lecturas. 

Según Emilio Corbacho, secretario general de la patronal de la Construcción provincial, Fadeco, se esta produciendo un trasvase en la demanda de los parados de la provincia que vienen del ladrillo. Así se explica que en Jerez, una de las grandes pompas de la burbuja inmobiliaria, el paro en la construcción haya caído los últimos doce meses de 6.137 desocupados a 5.305, es decir, 832 parados menos.

La evolución en resto de actividades productivas en el conjunto de los doce últimos meses  también es dispar, empezando por el llamativo recorte de la industria, que mantiene a poco más de 5.300 desempleados tras recortar 209 desde febrero del año pasado.  El apartado de personas que carecían de empleo anterior también mejora su particular registro, que aglutina a 5.700 parados tras una reducción de 70 personas. El cuadro se completa con el repunte de la agricultura, que gana 70 desempleados -tantos como pierde el apartado de Sin Empleo Anterior- y crece hasta los 1.347 en su particular registro.

Los sectores repiten en el último mes el esquema de su evolución interanual, salvo los que buscan un primer empleo, que crecen en un centenar. El repunte se sustenta en la fuerte subida de los servicios, que pasan a engrosar 374 parados más, mientras que la actividad agrícola aporta algo más de una veintena.

Por contra, la construcción y la industria mantienen su tendencia a la baja, en este caso con recortes de 16 y 18 parados, respectivamente, respecto a enero.

Nada cambia en relación al elevado paro de Jerez, tampoco desde la perspectiva de género, pues las mujeres vuelven a salir peor paradas en el reparto con 368 desempleadas más frente a los 105 que engordan el registro del paro masculino.