Frente a una población que envejece a pasos agigantados los recursos asistenciales de los que dispone Jerez para el colectivo de mayores son año tras año más exiguos. Desde 2004, la ciudad ha perdido 172 plazas en residencias de ancianos, pasando de las 800 con la que contaba en aquellas fechas a las 628 actuales. Como consecuencia, la ratio de plazas en geriátricos que establece el Imserso como idónea cada vez está más lejos de alcanzarse. Pese a que se considera adecuado un número de cinco plazas por cada cien personas mayores de 65 años, Jerez tiene en este momento una ratio de 2,09, un punto por debajo del que tenía hace ocho años. En este periodo la población mayor de 65 años ha pasado de 25.156 personas a 30.086, con lo que las plazas necesarias en residencias de mayores serían alrededor de 1.500, pero la realidad es que no llegan ni a la mitad. Si el déficit de plazas era en 2004 de 458 y el cumplimiento de la ratio estaba en el 63,60%, actualmente el déficit se ha multiplicado por dos hasta llegar a 876 y el cumplimiento de la ratio se encuentra en apenas el 41,75%.

La marcha de las Hermanitas de los Pobres, el cierre del Albergue San Álvaro y la pérdida de plazas -el Ayuntamiento estima que un centenar- en la residencia de La Granja, dependiente de la Junta de Andalucía y que no está admitiendo a nuevos usuarios desde 2005, ha sido determinante en este retroceso precisamente cuando la aplicación de la Ley de la Dependencia contempla este recurso como una de las prestaciones a las que tienen derecho a acceder las personas dependientes. La consecuencia, según afirma la delegada de Bienestar Social, Isabel Paredes, es que difícilmente se puede dar una respuesta rápida a personas que solicitan el ingreso en una residencia y los tiempos de espera se sitúan entre año y medio y dos años, e incluso cuando las solicitudes se tramitan por procedimientos de urgencia la demora puede estar entre ocho o diez meses. Cuando se encuentra una plaza en muchas ocasiones está en residencias de otras localidades, con lo que supone de desarraigo del mayor de su entorno habitual.

El próximo traslado, en una fecha aún sin concretar, del asilo de San José a las nuevas instalaciones de la calle Francisco Riba apenas supondrá un incremento de las plazas que existen ahora en el edificio de la calle Taxdirt. Se abrirán 124 plazas, sólo cuatro más que las actuales. Tras las pruebas de los ascensores que se preveían realizar este fin de semana, la delegación de Bienestar Social ve cada vez más cerca el día de la apertura aunque prefiere no arriesgarse dando fechas. Hay que recordar que el nuevo edificio, construido con fondos del Plan Proteja 2009, se vio afectado por el concurso de acreedores en que entró la constructora Avisur y en estos últimos meses se ha intentado resolver los múltiples flecos que aún quedaban para que la Junta, que concierta las plazas, diese el visto a su utilización.

La pérdida de plazas residenciales para mayores fue uno de los caballos de batalla del PP mientras estuvo en la oposición y a día de hoy sigue acusando a la Junta de crear falsas expectativas entre la población por motivos electoralistas, anunciando medidas que no se corresponden con la realidad ni con las necesidades de un colectivo de mayores cada vez más numeroso y que requiere recursos especializados.

En estos momentos, cualquier inversión en nuevas residencias de mayores y así ha sido en los últimos años, tendría que venir de la iniciativa privada y la crisis también ha dejado aparcado cualquier proyecto.