Jerez

"Ser de Jerez me ha venido muy bien, la curiosidad es un acicate para aprender"

  • Pese a que comenta que no le gusta trabajar, su labor como neurocirujano es muy admirada. El médico saca tiempo además para hacer reflexiones sobre la vida del hombre actual, que publica en la red

-Participa en el congreso de Neurocirugía en Jerez, ¿qué le parece?

-Ésta es la primera vez que escucho que un congreso se dedique a controversias, a valorar que es mejor, esto o esto. Los jóvenes discuten más porque parece que los mayores estamos más seguros de todo. Se discute sobre la alta tecnología y la cirugía clásica.

-Trabaja en Cataluña, en un hospital de referencia.

-He trabajado en el Valle de Hebrón de Barcelona, un hospital de referencia, aunque ahora estoy jubilado del SAS. Sí trabajo en una clínica privada por lo que sigo en activo, aunque con pocas ganas. Nunca me ha gustado trabajar, me gusta mucho charlar, estar en Jerez, tomar copitas. Hace 27 años que me marché.

-¿Le gustaría regresar?

-(Se lo piensa unos segundos). Pues no, vivo muy bien como vivo. Voy y vengo, cuando me harto de estar en un sitio, pues me voy a otro. Ahora que estoy jubilado del SAS estoy muy cómodo. El ser de Jerez me ha venido muy bien, somos gente curiosa y la curiosidad es un acicate para aprender. Nos gusta estar sentados en un bar y enterarnos lo que se habla en una mesa y en otra. Eso en la calle se llama ser chismoso, pero para la ciencia viene muy bien, es ser curioso, tener inquietudes.

-Tiene un blog en Internet donde al margen de publicar artículos médicos, hace reflexiones diversas. ¿Es su entretenimiento ahora que tiene más tiempo libre?

-Siempre me ha gustado mucho escribir y reflexionar y creo que todos los que somos médicos prácticos terminamos igual. Llega un momento en el que te cansas de la cirugía, porque son cosas muy pesadas. Entonces te empiezan a surgir preguntas. Yo siempre he tenido dos preguntas: una la inflamación y otra la emoción. Las dos son reacciones y me pregunto si no estamos hablando de lo mismo. Todos los seres vivientes necesitan comer, defenderse del entorno y recuperarse de los daños que han recibido. Eso los hacen desde las moléculas elementales hasta el hombre. Este último no sólo tiene que defenderse de los elementos que le rodean, sino que además lo experimenta como un sentimiento espiritual.

-Una de sus últimas reflexiones trata sobre lo que hizo actuar a un joven de Finlandia autor de una matanza en un instituto, ¿el cerebro funciona igual en este tipo de personas o es cuestión de educación?

-De educación nada, yo no creo en la educación. Hay otro trabajo sobre un trabajador de los ferrocarriles que se clavó una estaca y no se comportaba igual. Una lesión de nuestro cerebro de tipo mecánico es capaz de cambiar totalmente nuestro comportamiento. Nosotros tenemos un medio que nos rodea terriblemente hostil y tóxico (microbios, virus y bacterias). En nuestro cerebro viven además cuatro tipo de virus continuos como el de herpes varicela y el herpes simple, por ejemplo. Con un disgusto que te has llevado, pues te bajan las defensas y el herpes sale. Hasta que un día bajan tanto esas defensas y el herpes te hace una faena muy gorda, incluso hasta un tumor maligno. El estrés cada día se valora más, eso es lo que quiero poner en evidencia en ese artículo. Nuestro cerebro siempre piensa en mecánico.

-¿Hacia dónde camina la medicina y la neurocirugía?

-Pues hacia la investigación en los laboratorios y la Biología molecular. Tenemos que pensar en las vueltas que hay que dar para dejar nuestro quehacer agresivo y con complicaciones y meternos en el de la Biología de cosas pequeñas. La neurocirugía va por ahí y toda la medicina.

-¿Cómo es el día a día del neurocirujano Enrique Rubio?

-Pues no me levanto temprano, lo hago a las 9. Desayuno leyendo La Vanguardia, reviso mi correo electrónico y voy a clase de guitarra clásica cuatro días a la semana. Me gusta mucho, pero aprendo con dificultad. Lo de la guitarra flamenca son palabras mayores. Cuando llego a mi casa escribo algo y por la tarde, voy a la clínica. Somos animales de costumbres, hay veces en las que la rutina no nos deja andar.

-Esa rutina, ¿hace también que el cerebro funcione así?

-Hay un profesor de Fisiología de Sevilla, José María Delgado, que ha escrito un libro genial que se llama 'Lenguaje del cerebro' que dice que sobre la mente no sabemos ni empezar. Una cosa es esta charla, pero lo de saber por qué se toman decisiones, por qué amas u odias, por qué imaginas... eso es increíble. Sólo hay conjeturas y casi todas místicas.

-Y en España, ¿cómo va la Neurocirugía?

-Pues va cambiando, antes se era muy técnico, hasta que comenzó la alta tecnología. La llegada de la Cibernética y los ordenadores nos hizo cambiar. En este congreso se deja en evidencia que no hace falta ser tan buen técnico como tener muchos conocimientos. Ésa es el arma más importante e Internet nos lo ha traído. Se puede revisar lo publicado en el mundo en unos minutos. Tenemos una dualidad, porque a la gente mayor le cuesta trabajo cambiar, en las tecnologías y en todo.

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