Antonia Castro, la madre de Juan Holgado, abandonó ayer la huelga de hambre que empezó el pasado 1 de mayo por motivos de salud. A primera hora de la mañana de ayer el amigo que la acompañaba todos los días en el lugar avisó a la ambulancia. "Me sentía desvanecida y con mareos. El cuerpo, muy mal, con mucho frío pero la cabeza ardiendo", señaló Castro. El personal de la ambulancia le tomó la tensión, que se le había disparado. "Me han tenido que poner la pastilla debajo de la lengua para controlármela", comentaba ayer Antonia, que se encontraba en casa de unos amigos recuperándose. Incluso ha perdido peso porque en estos días únicamente ha estado bebiendo agua y bebidas isotónicas.

Ella misma manifestó al personal de la ambulancia que no se movería de la gasolinera de Martín Ferrador, donde murió su hijo hace más de doce años, hasta que un médico le dijera que tenía que abandonarla y hasta que no supiera algo de las negociaciones con la empresa Campsa Red, a la que reclama una indemnización por la muerte de su hijo en su puesto de trabajo en el año 1995.

El amigo sindicalista que se ha ofrecido a negociar en Madrid no pudo darle noticia alguna, dice Castro que bajará hasta Jerez la semana que viene para informarla, pero le recomendó encarecidamente que dejara la huelga antes de que le pasara cualquier cosa. Hay que recordar que desde hace unos años la madre de Juan Holgado se encuentra medicada con 'sintron', que mantiene la sangre anticoagulada para evitar trombosis. Castro hoy mismo se hará unos análisis que le sirvan para chequear su actual estado de salud.