La entrega anterior la dedicábamos a la lectura juvenil con una novela para los más mayores, otra para los “menos”, un álbum ilustrado, un libro de teatro y una novela gráfica. Nos faltaba la poesía. Con esta entrega cumplimos con el compromiso pendiente y por todo lo alto.

“El Caballero de Argónida” es una antología de poemas (y también textos en prosa) de la obra de José Manuel Caballero Bonald, realizada por Manuel Bernal Romero. La publicación corre a cargo de la editorial onubense Niebla en su Colección Platero. Por cierto, una edición impecable, de tapas duras, color de hoja crudo y numerosas ilustraciones de las que luego hablaremos.

Sin duda no es una antología al uso, pero es que tampoco lo es el autor. Así nos lo justifica Manuel Bernal en su necesaria e interesante introducción. Al referirse a la obra de Bonald: “En determinadas etapas se presentó envuelta en la misma armadura, en la coraza de un lenguaje no ajeno a los artificios y ocasionalmente hermético, casi oscuro y hasta complejo”.

Y es así, Bonald puede no resultar asequible al lector joven si este se acerca a su obra solo, sin que nadie le acompañe, que le seleccione siguiendo criterios de proximidad en cuanto a intereses y dificultad.

Por qué Caballero Bonald para jóvenes, se preguntarán algunos. Para el antólogo el escritor coincide con rebeldía juvenil: "un eco permanente de adolescencia y de contestación, de incitación a la disidencia, de enfrentamiento a la desconfianza ante las grandes palabras y los discursos biensonantes pero vanos de los poderosos". Pero, en cualquier caso “la obra de Caballero Bonald es ya a estas alturas un referente importante en la literatura y el pensamiento en español contemporáneo, de ahí la conveniencia de iniciarse y conocer sus textos”.

Y es por eso que este libro, ideado por este profesor sevillano que imparte sus clases en nuestra ciudad, se ofrece como la mejor iniciación al mundo de Caballero Bonald para nuestros jóvenes. Un libro para un tiempo en lo que “lo fácil ya triunfa solo” y las letras de reguetón podrían hacerles creer que es poesía, a no ser que se les grite que hay mucho por descubrir de alguien que fue un “adolescente desafiante”, que promete una forma de expresión rica en matices, un interpretación del mundo a tener en cuenta, un léxico que les mostrará la belleza de su lengua, nada que ver con una rima machacona con la que no se puede avanzar.

Llevar este libro al aula de Secundaria (creo que todos los institutos deberían tener un lote) para leer en grupo y comentar y discutir y descubrir y discrepar y coincidir y comparar y redescubrir después de todo esto (y para emocionarse en soledad), sería un justo homenaje del profesorado de Lengua y Literatura a nuestro gran escritor, en la idea de que sea conocido por el alumnado y, seguro que con ello, reconocido.

Ahora hablamos de la ilustración. Si poner imágenes a un texto siempre es arriesgado, hacerlo para la poesía es un atrevimiento del que no siempre se sale bien parado. Aquí, además de un poeta singular, tenemos unos lectores exigentes: los jóvenes.

Ana Domínguez, jerezana formada en Sevilla en diseño gráfico y técnicas de grabado y estampación, es la que asume este riesgo, junto con el diseño y maquetación del libro. Emprende el trabajo no como una visualización plástica de los textos sino como la interpretación de los mismos una vez sentidos, por lo que en vez de ajustarse literalmente, la ilustración respira de la atmósfera del texto una vez respirados por la ilustradora. Una suerte de “sencillo surrealismo” en blanco y negro y matices de grises que dan el tono justo que requiere esta obra.

RECOMENDADOS

Libros

Misterio en la mina. De Jesús Díez de Palma. Ilustraciones de Ona Caussa. Colección Ala Delta, serie verde. Editorial Edelvives. Zaragoza.

En el título “La casa del indiano” el autor ha llevado a su protagonista Mariano a casa de sus tíos en Asturias. En este segundo título, seguimos con Mariano en Asturias y una leyenda con otra realidad del entorno: la minería. Así el autor compone una historia que tarda en arrancar como aventura, con una primera parte expositiva y academicista que habría necesitado de algo más de acción. Pero siendo un libro de fácil lectura, con capítulos cortos y, por supuesto, muy bien construido podría ser muy adecuado para una lectura en clase. No es una novela inocente (como ninguna) sino que el escritor quiere dejar plasmada, también, la tragedia que va acompañando a la historia de la minería.

Dragón Díaz y el Club de 2 + 2 = 5.... De Tom Fernández. Il. de Patricia Castelao y Marcos Calo. E. G. Anaya. Madrid.

Rescatamos este título, que ya tiene 8 años pero merece mucho la pena. Es una historia de niños distintos, pero distinta; es una historia de pandillas, pero atípica; es una historia de rarezas, pero qué rarezas; es una historia con humor, pero muy sutil; es una historia de miedo… bueno, casi; es una historia con muchos capítulos, pero cortos; es un libro con pocas ilustraciones, pero magníficas. Las situaciones, el diseño de los personajes, los diálogos… son divertidos, pero también la trama rápida que engancha y el mensaje de no estás solo, raros somos todos, el grupo protege y el cariño defiende,… están muy bien articulados en esta historia.

Nuevos amigos. De Tomi Ungerer, texto e ilustraciones. Col. Libros para soñar. Ed. Kalandraka. Pontevedra..

Directamente la cubierta nos muestra a un chico negro y a una chica oriental y mucha complicidad entre ellos. Luego sí: la historia va de tolerancia, de colaboración, de amistad, de aceptación de lo diferente, de apoyo a las minorías y rechazo del racismo,… Y, si nos fijamos en los detalles, también trata de la creatividad y de propuestas alternativa de creación artística apoyadas en el reciclaje. Y así es cómo discurre el libro con este taller formado por Rafi y Ki, vecinos y amigos, creadores artísticos que aprovechan objetos en desuso para unas esculturas que empezaron siendo sustitutos de amigos y terminan siendo el motivo de la amistad.

Los coleccionistas de vidrio. De Aurora Ruá. Il. Paula Alenda. Col. Calcetín, serie roja. Ed. Algar. Alzira (Valencia).

El texto es un cuento de cuentos: la historia general es la de tres familias: la de Andrés y su abuelo (fallecidos sus padres), la de Joaquín y unos desafortunados padres, y la de Teresa en su cómoda familia. Se forma así una pequeña pandilla que se suma a otro centro de interés: las colecciones. Y es que aquí se coleccionan cristales que aparecen en la playa. Para cada uno, el abuelo inventará una historia como si fuese su origen. Las acuarelas de la ilustradora encajan muy bien en este paisaje posiblemente gallego y marino aunque el blanco y negro y un toque metafórico pueda hacer que no lleguen a los pequeños lectores.

Un amigo inesperado. De Santiago González, texto e ilustraciones. Ed. Tres Tigres Tristes. Sevilla.

Nos encontramos aquí con un falso grabado y una paleta de color reducida, que nos van a llevar directamente a ese espacio entre rural y urbano (casitas campesinas pero numerosas y próximas) donde contarnos una historia universal, la de la amistad y su naturaleza imprevisible. Un libro lleno de emociones y movimiento y un fondo de humor y ternura que hacen que el libro resulte delicioso. El niño protagonista, Guillo anhela por su cumpleaños un perro. Pero he aquí que le regalan ¡un gallo! Tras establecer esa amistad, cuando el gallo se va y viene el perro, todo deberá empezar de nuevo, aunque “quién sabe: puede que este cachorro, como gallo, no lo haga tan mal”.