Cofradías

Y María habitó entre nosotros

  • Gran jornada de domingo que trajo al recuerdo los días grandes de Cuaresma con más de cincuenta besamanos rebosantes de público ante las plantas de la Santísima Virgen

La Santísima Virgen fue protagonista del fin de semana. La jornada de ayer fue la crónica de un río de personas que visitaban los templos de la ciudad. El Besamanos Magno, un éxito. Se vuelve a poner de manifiesto que las cofradías tienen un fuerte tirón social que va más allá de las fronteras de Jerez.

Fueron muchos autobuses los que llegaron en la jornada de ayer con cofrades que no quisieron perderse el privilegio de vivir una jornada magnífica de domingo que recibió un guiño cómplice en lo meteorológico.

Y en el centro de toda la jornada, María. La Madre de Dios que ahora hace cuatro siglos fue declarada en nuestra ciudad sin mancha, adelantándose en varios siglos a la manifestación de la propia Iglesia que lo hizo a través del dogma Inmaculista en el año 1854.

La Virgen del Voto reside en la iglesia de San Francisco, presidiendo su capilla que en la jornada de ayer se vio transformada al descender Ella de su camarín para ofrecer sus manos a los cientos de devotos que pasaron por la iglesia conventual. La Virgen del Valle Coronada y la Esperanza de San Francisco también acompañaron desde la nave central del templo franciscano.

Imposible es poder hacer referencia a las más de cincuenta imágenes que descendieron de sus altares para acercarse al pueblo fiel. Loreto en su casa de San Pedro, Traspaso como Reina de Cristina o Consolación, Rocío y Confortación en el templo de los dominicos. Bellísima estaba la Virgen de los Ángeles en la calle Barja. Y Nuestra Señora de la Encarnación en San Miguel. Remedios, Piedad, Soledad o Amargura son grandes entre los jerezanos. Y así hubiéramos podido seguir hasta culminar los bellos tesoros que representan a la Madre serena. Inmaculada Concepción que en Jerez lleva proclamándose desde hace ya cuatro siglos. Y muchos decenios vendrán con la seguridad de la Virgen concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Para mayor gloria de Dios y de su Hijo, verdadero Rey del Universo.

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