Jerez

Una Minerva sin templete pero con el mismo encanto de siempre

  • Muchos cofrades prefirieron perderse la cita sacramental que cada año se celebra en San Miguel

La magnífica custodia de Juan Laureano de Pina por la mañana bajando por la calle Santa Cecilia. / MANUEL ARANDA

Los acontecimientos para exquisitos paladares siempre están reservados para un reservado grupo de elegidos. Minerva es un exquisito postre que cierra la procesión que se iniciaba el pasado domingo con el Corpus Christi en la Catedral jerezana. Es algo semejante a lo que ocurre con la Pascua. No acaba con la bendición final. La Iglesia continúa con tanta tensión de fervor por la Resurrección del Señor que no finaliza litúrgicamente hasta la octava, que es el domingo posterior a la fiesta de entre todas las fiestas.

Es por ello por lo que Minerva es un colofón perfecto que parece cerrar lo que se abrió el pasado domingo cuando la procesión del Corpus se iniciaba allá por el reducto catedralicio.

El encanto de Minerva no parece tener límites. Es una procesión que rememora el pasado

El encanto de Minerva no parece tener límites. Procesión muy antigua que rememora el pasado sacramental de la ciudad de Jerez. Abrió la procesión la cruz de guía del Santo Crucifijo de la Salud. Con sus faroles de respeto. Y se iniciaba la procesión con pocos hermanos de fila pero con la categoría suficiente como para que aquella estampa de León XIII se reflejara en la noche de los tiempos. Salió la Virgen de los Reyes como es tradicional, porque María es el Sagrario Perpetuo que acogió al Señor en su seno. Y tras el paso de la Virgen las representaciones acostumbradas a esta procesión excepcional: Cinco Llagas, Esperanza de la Yedra, Cristo de la Expiración, Humildad y Paciencia, Angustias o Rosario de Montañeses. Las sacramentales tampoco faltaron a la cita. Santiago, las Viñas, la Candelaria, la Amargura, la Sed y así una gran representación con alguna que se puede quedar en el tintero.

Finalmente, destacar el buen andar de las dos cuadrillas que comandaba Martín Gómez en la Virgen de los Reyes y de Paco Yesa con el paso de la custodia. Costaleros veteranos que saben trabajar los pasos y que hicieron una carrera de diez.

Por otro lado, la música que la pusieron la banda del Nazareno de Rota y la Municipal de San Fernando. Ambas agrupaciones con destacados repertorios musicales muy clásicos y bien afinados.

En definitiva se echó en falta más público en las calles del barrio. Pero las delicatesen están reservadas para unos pocos. Quien no madrugó se lo perdió. Una delicia histórica y litúrgica que volvió a encandilar a todos los que la disfrutaron.

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