tribuna de opinión

Momento para dar un paso más

  • Construir la ciudad futura es una tarea de toda la ciudadanía

Hace unos días tuvo lugar en Jerez una segunda manifestación en defensa del centro histórico de la ciudad. La sensibilización social, con ayuda de las redes sociales, es más alta que nunca en casi todos los órdenes de la vida, y eso hay que saber administrarlo y aprovecharlo para conseguir una mejor conciencia de los bienes comunes.

Siempre en positivo, la denuncia, comedida y congruente, ayuda a consolidar una base social mejor y más comprometida con su espacio vital, con sus orígenes y con su cultura. Es sobradamente por todos conocida la situación tan desoladora en la que se encuentra parte de nuestro patrimonio, y buscar culpables sólo lleva a quitar el balón del terreno de juego y evitar las responsabilidades que todos debemos asumir para poder rectificar y arrimar el hombro en este asunto histórico y de profundo calado urbanístico, social y económico.

Jerez tiene un proyecto de ciudad, el Plan General de Ordenación Urbana vigente

Sin quitar un ápice de valor a las críticas y sus aportaciones en positivo, es necesario afirmar categóricamente que Jerez sí tiene un Proyecto de Ciudad que no es otro que el Plan General de Ordenación Urbana vigente, aprobado en el 2009 y en el que tiene, entre sus objetivos y propuestas, un papel preponderante nuestro centro histórico, que el propio documento define como "un territorio y un asentamiento humano vivo, fuertemente condicionado por una estructura física proveniente del pasado, donde se encuentra grabada la memoria histórica del pueblo de Jerez", y donde se fija como meta principal la de "hacer compatible la modernización y recualificación de la trama urbana, y la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes, con la conservación de los elementos patrimoniales heredados del pasado, que debemos proteger adecuadamente para que puedan ser heredados y disfrutados por las generaciones futuras".

Para ello, el documento estratégico y normativo que nos rige identifica de forma pormenorizada los elementos que deben ser protegidos (no sólo en el conjunto histórico sino en la totalidad del término municipal) y determina las condiciones de su protección, quedando de esta manera liberada la parte de la trama urbana del centro que puede ser reestructurada y modernizada de una forma más intensa, pero siempre con un respeto absoluto a su entorno y proponiendo para esa trama una serie de acciones de intervención que incluyen la recualificación de edificios y espacios, la implantación de usos públicos, la accesibilidad y movilidad, el tratamiento y protección del paisaje urbano, cuya meta no es otra que el de la revitalización siempre desde el respeto a sus valores intrínsecos histórico-artísticos, paisajísticos, urbanísticos y, cómo no, sociales.

El Plan además se aprobó con el contenido de protección del patrimonio. Por lo que, en el caso de nuestra ciudad, al contrario de otras, no es necesario redactar y aprobar posteriormente figuras de protección como son los Planes Especiales, evitando así la paralización de la aplicación inmediata de las acciones efectivas en el Centro en el caso de que se tuviera que aplicar ese plan especial.

Todo este planteamiento estratégico se hace desde el entendimiento del centro histórico como una importante y peculiar parte más, en derechos y deberes, de la ciudad, del modelo de ciudad que define el documento, ya que el Plan General sigue siendo, por su visión de conjunto y la fuerza que le da su carácter de norma legal, el marco que mejor ofrece el soporte necesario para que la ciudad pueda realizar con acierto y capacidad un conjunto de propuestas que permitan ir completando y mejorando de forma progresiva el actual modelo urbano, de modo que resulte válido y eficaz ante los avatares y tensiones territoriales, económicas y sociales.

El Gobierno municipal, con este marco y a diferencia de lo que ocurrió en un pasado reciente, puso rumbo claro y presupuesto económico para iniciar el camino hacia la recuperación. En plaza Belén ya han comenzado las obras y, con los proyectos de los museos del Flamenco, el centro de documentación y el de Lola Flores, que conllevan la rehabilitación y adaptación de edificios construidos que consolidarán unos espacios culturales abiertos a una gran plaza con todas las posibilidades que ésta aportará, conformaremos un corazón amplio que transmitirá su fuerza al resto de la zona.

Estamos trabajando en la aplicación del plan de Movilidad, que progresivamente irá eliminando tráfico de vehículos ajenos al centro histórico: con ello mejorarán la accesibilidad y el estacionamiento de los residentes, se creará una línea de transporte público con microbuses para el cómodo acceso a los principales lugares históricos y se mejorarán los pavimentos rodados y peatonales para evitar el ruido y contribuir a una mayor accesibilidad. Se están tomando medidas para reactivar el Registro Municipal de Solares y se continuará aplicando la Disciplina Urbanística.

Dado el momento prometedor en el que nos encontramos, seguiremos trabajando con las empresas inmobiliarias y con propietarios particulares con intereses en la zona para avanzar en posibles acciones al objeto de seguir poniendo en valor las perspectivas que en su día se generaron.

Construir la ciudad futura es una tarea de toda la ciudadanía. Pero no hay creación sin proyecto, y el proyecto debe ser participativo e integrador. Nadie tiene el monopolio del saber urbano. Es un deber político y profesional crear y hacer accesibles los medios para que este proyecto incluya las necesidades y los deseos de la mayoría.

El apoyo social evidenciado por la reconstrucción del centro histórico debe dar un paso más materializando el interés por hacer posible que un número de personas, que no tiene por qué ser demasiado grande, se decida a vivir en el centro histórico, lo que supondría un gran avance para conseguir el objetivo que todos queremos.

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