Un día, alguien pensó, por falta de otros recursos municipales quizás, que una enredadera protegería lienzos de muralla de la ciudad que están al descubierto. Lo que pareció brillante y bonito tiene sus raíces incrustadas en la historia de Jerez. Ciudadanos y asociaciones han criticado esta medida de antaño, que se puede ver en todo su esplendor al comienzo de la calle Muro. "Es un peligro porque las mismas raíces de la planta se cargan el muro. Es el desastre en concreto que refleja un todo", apuntan. Un lienzo de muralla abierto hace años para mostrarlo, que no se ve, excepto unos metros en Bodegas Tradición. 

Hace unos días, el Ayuntamiento avanzaba que había culminado la tramitación del expediente de expropiación de dos fincas situadas entre las calles Muro y Cordobeses, cuyo destino es "ser demolidas para crear, en las parcelas resultantes, un nuevo espacio público para este entorno y recuperar para uso público, poniendo además en valor el Recinto Amurallado de Jerez, catalogado como Bien de Interés Cultural". Se abre aquí, y lo reconocen fuentes municipales, un debate: ¿muralla descubierta en este caso o mejor protegida entre edificios o fincas? "La idea que subyace en el Ayuntamiento es restaurar ese tramo cubierto por la enredadera, que ya se ha hablado con Medio Ambiente, así como quitar esas edificaciones de las que hablamos y restaurar la muralla, pero no hay un proyecto definitivo para actuar".

Con respecto a las bodegas de la calle Muro, continuación de la finca expropiada, y que cubren gran parte de los muros, "se hará cuando se pueda. Este es además un debate muy antiguo: enseñar o no la muralla. Si la sacas, luego la tienes que mantener porque es un material frágil, que sufre mucho. De hecho, en el siglo XIX se permitió que los edificios se adosaran a la muralla para protegerla, precisamente, y evitar que se cayera. De unos años a esta parte vuelve la idea de liberarla en la medida que se pueda, pero tiene un coste muy alto. Y esta ciudad tiene tantas cosas que atender... Mantener libre al totalidad de la muralla sería una locura, además de que falta en algunos sitios". 

Hace un año, precisamente, Urbanismo iniciaba dichos trámites “para la expropiación de varias fincas de la calle Muro tras las que se oculta la muralla de Jerez a fin de dejar a la vista el lienzo almohade en esta zona de la ciudad”. Así lo anunciaba el gobierno local en el curso de una reunión mantenida con responsables vecinales y de colectivos del barrio de Santiago, a los que se les detalló que la actuación para descubrir tramos de la muralla y que se completará con el embellecimiento anexo de zonas verdes, “contará con un presupuesto de más de 400.000 euros”.

El pasado julio, el PP advertía del “deficiente estado de la muralla de Jerez”, y la presidenta local y diputada nacional María José García-Pelayo lanzó “un SOS para proteger este Bien de Interés Cultural, uno de los más importantes patrimonios que tiene Jerez”. Los populares explicaban que a raíz de denuncias particulares, el Ayuntamiento de Jerez recibió el pasado mes de abril “unas diligencias advirtiendo del avanzado estado de deterioro de la Muralla, instándole a hacer un pormenorizado análisis de cómo se encuentra y a actuar en una Muralla que, desde 1968 es de propiedad municipal”.

Sin embargo, estudiosos aseguran que no todo vale, y recuerdan que en la calle Muro hay bodegas del siglo XVIII, “que forman parte de la historia de la ciudad. Derribarlas, si así fuera, para mostrar la muralla, no tendría mucho sentido porque lo que se haría sería una reconstrucción de los muros. Lo que hay que hacer es conservar esas bodegas y restaurar las partes de la muralla visibles”.