Dejando en la primera planta la ciudad islámica, accedemos a la galería en la que encontramos, entre otros aspectos, un mapa del término de Jerez que nos indica la importancia de este territorio. A continuación hay algunos paneles que ponen de manifiesto la importante actividad conservadora de nuestro museo. Se observa la perfecta rehabilitación del relieve inglés de la resurrección de Cristo, realizado en alabastro.

Al final de esta galería aparece una exposición de las piezas más emblemáticas:

Reflejando las influencias tanto fenicias, griegas e incluso egipcias, hay dos figurillas funerarias egipcias del II milenio a. C., donadas al museo en 1987 por Dª Ana Cristina Williams.

Otra pieza muy significativa es el jarrón nazarí encontrado en la Cartuja y que representa las manos de Fátima, que ahuyentarían del mal de ojo. Este jarrón fue enviado a una exposición, y no volvió, del Museo Arqueológico Nacional.

Encontrado en Torrecera y perteneciente al II-III milenio a. C. se recoge una réplica de los ídolos cilíndricos oculados, que se exponen en las salas de la Protohistoria. El de Torrecera fue donado por el colegio público, al reconocer los alumnos uno que localizaron en su patio.

En el año 2004 se recuperó la cápsula del tiempo depositada en 1928 en la inauguración del monumento a Miguel Primo de Rivera en la plaza del Arenal.

Dentro de la selección de piezas ubicadas en este espacio destaca la fotografía y reconstrucción del frente de sarcófago de la época romana. Representa en relieve de un thiasos o cortejo marino, tema que alude al viaje del difunto a la isla de los Bienaventurados. Fue encontrado en Medina Sidonia y procede del convento de los Franciscanos Descalzos.

Por último, hay un capitel visigodo con influencias bizantinas de los siglos V o VI d. C. , encontrado en el cortijo de Cansinas de Arcos de la Frontera.