Al cabo de 75 años, desde que en 1941 la imagen fue llevada a San Lucas, las hermandades de las Tres Caídas y del Nazareno sellaron y rubricaron un documento en el que se oficializa la cesión de la actual Virgen de los Dolores, que hasta 1891 fue la del Traspaso. En ese año, la cofradía de San Juan de Letrán adquirió la actual talla y dejaba la otra almacenada en las dependencias de la capilla hasta que fue cedida a la por entonces recién nacida hermandad de las Tres Caídas. Aquello sucedió como se hacían las cosas antes, en plan 'compadre', como se suele decir.

Así, cuando ahora la corporación del Miércoles Santo celebra las bodas de diamante de su fundación y al hilo de una propuesta que el fallecido Paco Bazán hizo a la hermandad de la Madrugada restauró a la actual Virgen del Traspaso, ayer ambas corporaciones rubricaron un documento en el que se formaliza la cesión de la talla, y, en cierto modo, viene a unir más a ambas hermandades con la excusa de aquél hecho.

José Antonio González y Raúl Castaño, los hermanos mayores, junto al párroco de los Cuatro Evangelistas y deán del Cabildo Catedral, Antonio López, fueron los protagonistas de ese acto al final de una misa, que tuvo lugar a las once horas, después de un rosario de la aurora que llevaron a cabo las dos cofradías partiendo de San Juan de Letrán con las insignias inmaculistas de ambas corporaciones.

No cabe duda que este fue otro de los actos importantes de los 75 años de creación de la hermandad de San Lucas, al menos en el ámbito de lo significativo e histórico o en el capítulo de resolución de 'cuentas' pendientes. Por este motivo y como final de los cultos que se han dedicado a Nuestra Señora de los Dolores, la imagen estuvo expuesta en ceremonia de besamanos, un acto en el que se puso de manifiesto lo extraordinario de la cita, especialmente por cómo fue vestida ya que se usaron elementos que lució cuando aún era Traspaso: saya, corona y pecherín, que también han sido regalos de la gente del Nazareno.