En Las Pachecas la vida continúa con normalidad a pesar del revuelo por la cesión del delegado de Alcaldía, Alberto Garrido, por estar acusado desde hace más de siete meses de un posible delito de acoso sexual por parte de una trabajadora. La mujer estaba adscrita a un programa de empleo que realizó tareas de limpieza y jardinería en este diseminado en el verano de 2017.

El silencio en la barriada rural es la tónica y los pocos vecinos que ayer atendieron a este periódico prefirieron no hacer ninguna declaración, optando por esperar a conocer cómo transcurre el caso.

Cabe recordar que los hechos denunciados se circunscriben al mes de agosto de 2017. La denunciante fue elegida para trabajar en Las Pachecas dentro de un programas de ayuda a la contratación de desempleados.

Según reza en la denuncia que hizo los días 21 y 22 de agosto ante la Guardia Civil, la empleada dio detalle de la presunta actitud que tenía hacía ella el ya ex delegado de Alcaldía, asegurando que le tocaba el pelo, la camiseta y la cara.