Jerez

Pasan cosas raras en el viñedo del Marco

  • La vendimia comenzará en septiembre, su fecha tradicional. por el retraso que acumula la viña

  • El oidio se extiende por todo el Marco y afloran casos de botrytis antes incluso del envero

Racimos en un viñedo del Marco a punto ya de comenzar el envero, momento clave de la maduración de la uva.

Racimos en un viñedo del Marco a punto ya de comenzar el envero, momento clave de la maduración de la uva. / vanesa lobo

Están pasando cosas raras en el viñedo del Marco. El año pasado, la vendimia se adelantó más de lo normal al generalizarse el inicio de la recolección a principios de agosto. Nada que ver con la presente campaña, en la que el cultivo acumula ya un retraso de unas tres semanas, por lo que no parece probable que se empiece a cortar uva antes de septiembre, e incluso hay quien se aventura a decir que habrá que esperar a bien entrado el mes para el arranque de la corta.

Septiembre era hasta hace escasos años el mes tradicional del inicio de la vendimia, por lo que tampoco tiene mayor importancia que se vuelva a recolectar en las fechas de antaño. Pero esta no es la única anomalía detectada en el viñedo del jerez este año, en el que Luis Mateos, de la empresa Vara y Pulgar dedicada al asesoramiento en materia de viña, asegura que se están viendo raíces aéreas en los sobreinjertos, fenómeno habitual en el trópico y que también han hecho acto de aparición en la zona de Rioja.

La ausencia de levante, las temperaturas suaves y la humedad rebajan la previsión de cosecha

En el Marco era impensable hasta ahora este fenómeno, que se asocia con el exceso de humedad que trae de cabeza a los viticultores, que tampoco encuentran una explicación razonable a los casos de pudrición de la uva por botrytis registrados en la zona justo antes del envero, el momento clave de la maduración en el que el caldo entra en la uva y cambia de color.

"Al igual que las raíces aéreas, que aparezca la botrytis antes del envero es totalmente anormal", explica Mateos, quien asegura que muchos viticultores salvarán la campaña porque "la planta viene sobrada este año por el exceso de lluvias en las puertas de la primavera".

La suavidad de la temperaturas en lo que va de verano, con blanduras y rocíos nocturnos, tampoco ayudan al proceso de maduración de la uva, que echa en falta algo más de calor y la aparición de los vientos de levante para poner freno al hongo del oidio -también conocido en el Marco como cenizo- que se extiende por todo el Marco.

El mildiu, el otro hongo maldito de la viña, está bajo control, no así el oidio, "presente desde el principio de campaña y no hay forma de pararlo", señala el presidente de los viñistas independientes de Asevi-Asaja, Francisco Guerrero.

El tiempo fresco ahora que comienza el envero puede disparar los casos de pudrición, ya que propicia que la uva reviente por exceso de caldo con el oidio y entre la botrytis, explica Guerrero, quien afirma que "está siendo un año caro para el viticultor, al que le está costando trabajo y dinero" controlar las enfermedades por el exceso de humedad, en particular el cenizo, que "se ve ya por todos lados, sobre todo en la costa".

Con todo, Asevi sostiene que la viña va bien pese al retraso, aunque si hace escasamente dos semanas las estimaciones apuntaban a un cosechón como el de hace tres años, ahora los más optimistas piensan en repetir la cosecha de la última campaña.

Los cálculos de la asociación de viñistas independientes apuntan a un retraso "bastante importante, como mínimo de veinte días", si bien la falta de previsión de vientos de levante puede demorar aún más el inicio de la vendimia. "Ayer mismo -el martes para el lector- el día empezó con levante pero a media mañana cambió a sur. Y esta mañana -ayer-, ha hecho más calor en Jerez, no así en las zonas costeras, en las que hay cuatro o cinco grados menos, y por las noches no baja de 18 grados", motivo por el que el presidente de Asevi cree que la producción final será inferior a la de la pasada vendimia, en la que se rozaron los 75 millones de kilos de uva frente a los 57 millones de kilos raspados con los que cerró la campaña de 2016.

Luis Mateos cree que este año podría repetirse la cosecha de 2015, que rondó los 76,5 millones de kilos, si bien advierte de que las reservas acumuladas tras las lluvias torrenciales de la primavera son "garantía de cantidad, no de la sanidad de la uva que entre en el lagar", precisamente por los brotes de botrytis ya detectados.

Mientras que el mildiu deteriora el racimo y seca la uva, la botrytis no tiene por qué afectar a todo el racimo, indica el responsable de Vara y Pulgar, no sin puntualizar que los viticultores y cooperativas fomentarán este año la vendimia a mano para seleccionar la uva más sana, no así en las parcelas en las que predomina la recolección mecanizada, "en la que no se puede seleccionar y todo irá para dentro con o sin botrytis".

Según Mateos, un golpe de levante le vendría ahora de escándalo a la viña", en la que aconseja labrar poco y descubrir los racimos para lograr una mayor exposición al sol a fin de evitar las condiciones favorables para el oidio

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