Jerez

La casa de la Patrona, 750 años de historia que se vienen abajo

  • La Merced se suma a los edificios religiosos de Jerez que hay que salvar, librando del ocaso otro pedazo de la memoria real y espiritual de la ciudad

Hace algo más de tres meses, la fachada de la basílica de La Merced, diseñada en el siglo XVII por Fernández Galafate, se tapaba con andamios y redes protectoras. El mal que consume gran parte de la monumentalidad de la ciudad corría calle Merced arriba dejando atrás Santiago, que algún día abrirá de nuevo sus puertas. Es la peste negra que arrasa con el arte que apuntaló en la ciudad siglos de devociones, que, ahora en el siglo XXI, empiezan a muchas a mostrar sus penúltimas voluntades, cartas testamentarias o legados envenenados que está tocando asumir a la gente de hoy. San Mateo, San Juan de los Caballeros y San Lucas, por poner algunos ejemplos, han sido capaces de renacer con ayudas públicas y privadas. Pero la movilización de los que les importa ese patrimonio religioso ha sido el hito fundamental que ha impulsado proyectos multimillonarios y de gran riesgo económico.

Ha sido y es una toma de conciencia de que las arcas públicas no pueden o no quieren estar en todo y que si los creyentes no meten mano, esto se viene abajo por más que estos edificios sean piezas claves para entender la monumentalidad jerezana, que quitando algún que otro palacio, Alcázar y edificio cicvil, deja el arte religioso como absoluta referencia de ese epígrafe que vende las virtudes turísticas de la ciudad. Esto sucede ahora con la casa de la Patrona, que es al mismo tiempo es sede imprescindible de la historia cristiana de la ciudad. Casi 750 años de vinculación con Jerez desde que en 1268 fuera fundada por el fraile mercedario Pedro Pascual de Valencia, santo y mártir.

En el mes de julio se colocaba el andamio y se tapaba la portada. Fue el signo inequívoco de que esto iba en serio. Lo sucedido entonces encendió la luz roja de las alarmas de unos males que van más allá y que precisan de una urgente intervención. Ya desde el año 2.007 se detectaron desprendimientos, que fue empeorando hasta que el pasado 2.014 hubo que apuntalar la parte superior por rotura y caídas de piedras a la vía pública. A casi nadie se le oculta ya que en ese momento se planteó el cierre del templo sin saberse cuándo ni cómo se podría acometer la restauración de la fachada.

Fue la puesta en marcha de una plataforma ciudadana la que empezó mover la recuperación. Se puso al frente a Santiago Zurita, que en esto de arremangarse para salvar templos tiene experiencia. Las primeras pesquisas y estudios patológicos, achacaban el deterioro a las filtraciones de lluvias hasta el interior del templo y, muy especialmente, a la forma de evacuar a el agua, que iban deteriorando la preciosa y barroca fachada. La existencia de flora anclada en las juntas de las piedras, ha acelerado la disgregación de las piedras a lo que hay que añadir una dudosa restauración que hizo el Consistorio jerezano en 1.880, en cuanto a la calidad de la intervención, que hoy viene a dar la cara en forma de desajustes.

Dicen los expertos que esto se debe por trabajar con yeso a modo de argamasa de unión entre las piedras, un sistema que se achaca a los conocimientos y prácticas en materia de restauración de entonces y que ahora no son precisamente los idóneos.

"Este edificio debe vivir, contar su historia, su singularidad y su apego a Jerez. Su portada es única en todo el país, en ella podemos observar el sentido barroco de la composición retablista en una fachada hecha en piedra, y en donde se combinan además de ésta, la cerámica hecha azulejos en el simbolismo de la Estela Maris, la belleza de la talla de santos y de nuestra Patrona la Virgen de la Merced, además de los elementos de orfebrería que los acompañan", subraya la plataforma a modo de proclama ante una realidad que no debe caer en la triste rutina de sumar a la Merced en una cuenta pendiente más dentro del conjunto de lo que hay que hacer en lo monumental.

Técnicamente, explica el arquitecto José Carlos Galán, director de la intervención, en la restauración se están utilizando los procedimientos que se empleaban en el siglo XVII, esto es: la jabelga y las veladuras. De la fachada destaca su singularidad: "en primer lugar su carácter barroco sobre un esqueleto renacentista, único en el conjunto del patrimonio artístico jerezano, y en segundo por ser la única en España con tanta ornamentación". Siguiendo con los procedimientos que se emplean, se están restaurando las piezas de canto, con un enjuague y lavado de la piedra, recuperando las tallas perdidas que en ocasiones pasarán por una minuciosa limpieza a bisturí. Además se consolidará el conjunto para impedir futuros desprendimientos. Al mismo tiempo, se acoplará a la totalidad de la edificación, se instalará un sistema contra el posado de palomas, se usará en todo el conjunto las antiguas técnicas de jabelga de cal, parafina y ceras naturales como protección de los agentes atmosféricos. En cuanto al resto del edificio, el origen de los daños se localizan en las filtraciones de agua, además del problema de las condensaciones al no existir ventilación, lo que daña la techumbre y el interior de las bóvedas.

Dentro del conjunto artístico jerezano, la basílica patronal ocupa un puesto importante tanto por su historia como por las obras de arte que alberga, depositadas por los fieles a lo largo de los siglos. Leyenda e historia se entremezclan a través de los tiempos. Jerez, dada la devoción que sentía por la Santísima Virgen de la Merced, la nombró en el año 1272, abogada, intercesora y Patrona, jurándola la ciudad como tal en 1300. Este Voto continua siendo renovado anualmente por el Cabildo de la ciudad en el día de su festividad.

Durante siglos, la intercesión de la Virgen de la Merced, tanto en tiempos de sequía como de epidemias y enfermedades, acrecentó la devoción de los jerezanos por su Patrona. El testimonio de aquellos hechos se ven en la interesante colección de óleos o exvotos que decoran la ante sacristía. La devoción ha sido la clave del progreso de La Merced gracias a nombres de muchos jerezanos que no dudaron en engrandecer el santuario, como Francisco Spínola y su esposa Violante de la Cueva, patronos de la Capilla Mayor. También otros hicieron donaciones como fray Fernando de Sierra, vicario general en Nueva España que costeó la portada principal. Los Riquelme, por ejemplo, costearon la capilla en la que hoy se veneran las imágenes del Transporte, fundada en 1.515.

"Todo cuanto rodea a la basílica es un largo relato de generosidad, amor y devoción centenaria por parte de los jerezanos", manifiesta la plataforma, que ya pide ayuda a los jerezanos para poder cubrir el coste de estas obras, en virtud del "compromiso de mantener y conservar este relicario de la fe y la devoción jerezana. Es la Basílica de nuestra Patrona; es la más centenaria historia. No nos desprendamos de ella". En plataformamerced.comse localiza toda la información y para los donativos la cuenta de La Caixa 2100 8534 90 0200031547 esta abierta para este fin.

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