Mesura, respeto y moderación. La alcaldesa utilizó ayer estos términos como mensaje a la plantilla municipal ante futuras movilizaciones por los impagos. Pelayo dijo entender las protestas "cuando no se está cobrando porque es una situación muy dura, pero pido mesura, respeto y moderación". En este sentido, aseguró que "creo en las movilizaciones en las que se concilia el diálogo y el consenso con la reclamación de los derechos" y tendió la mano del gobierno local a la plantilla para que también aporten soluciones a la situación del Ayuntamiento. "No quiero una plantilla amordazada. Nuestra obligación es pagar y vamos a hacerlo pero ahora es difícil, es complicado decir que los pagos se van a hacer de forma inmediata. Entre todos tenemos que sacar adelante al Ayuntamiento y a la ciudad". Reconoció que es difícil sentarse a negociar con las entidades financieras y transmitirles el mensaje de que la situación tiene solución "si la plantilla radicaliza sus protestas. Por eso pido una plantilla movilizada pero también colaboradora".

Respecto a la batalla campal en la que se convirtió la concentración de trabajadores municipales el pasado viernes con la intervención de la Policía, Pelayo no quiso señalar culpables. "Cuando los ánimos se calientan de esa manera es fácil que la situación se vaya de las manos por parte de todos. Todo el mundo es responsable y nadie lo es y lo que ocurrió no puede volver a pasar".

La alcaldesa defendió que el equipo de gobierno está facilitando toda la información sobre la situación tanto a la plantilla como a las concesionarias. "No es que no paguemos porque no queramos", señaló, argumentando la dificultad para conseguir dinero de los bancos "que tienen el grifo cerrado", además de la enorme deuda acumulada por el Ayuntamiento, con concesionarias, según dijo, a las que no se le ha ido pagando sus servicios, en algún caso incluso desde hace ocho años.