La primera tanda de empresas y particulares a los que la constructora jerezana Fivesur adeuda diferentes cantidades económicas ya ha presentado ante las instancias judiciales el denominado concurso de acreedores, una iniciativa que pretende que la Justicia vele por sus intereses económicos.

Finalmente, las cantidades demandadas contra la compañía por parte de un grupo de 34 acreedores rozan los 4 millones de euros, muy por encima de los 2,5 millones que se barajaban hace apenas unos días a finales de la pasada semana. La razón, según explicó a este medio Adriano de Ory, abogado de este grupo de acreedores, es que la deuda pendiente de vencer (en su mayor parte en forma de pagarés, buena parte de los cuales vencen de aquí a final de mes) era superior a la prevista.

Desglosando la deuda que mantiene la constructora Fivesur con este grupo de acreedores, cabe destacar que la compañía les adeuda unos 3,3 millones de euros (casi 600 millones de las antiguas pesetas) por deudas impagadas, mientras que la que queda por vencer con estos 34 afectados se eleva por encima de los 400.000 euros (más de 70 millones de pesetas). En su conjunto, la cifra adeudada ronda los 3,8 millones de euros.

El referido concurso de acreedores fue presentado por el representante legal de los afectados el pasado lunes a primera hora de la mañana. Los documentos fueron entregados en el denominado Servicio Común de los Juzgados, que hace las veces de oficina de reparto. Ayer, con toda probabilidad, la solicitud del concurso de acreedores fue entregada al Juzgado de lo Mercantil, que será quien inicie el procedimiento. Una vez comunicada la presentación de dicho concurso a la constructora Fivesur, la compañía dispondrá de cinco días para alegar contra dicha intervención judicial. Si finalmente los acreedores consiguen sus objetivos, serán funcionarios judiciales quienes estudien el estado de cuentas de Fivesur y actúen en consecuencia. A este respecto cabe destacar que hay dos caminos, que son el acuerdo o la liquidación. En el primero de ellos, acreedores y empresa acuerdan una forma de pago, mientras que en el segundo la empresa será vendida para, con las ganancias si las hubiera, abonar las deudas pendientes.

De otro lado cabe destacar que hubo acreedores que no pudieron adherirse a este primer grupo de afectados, por lo que se especula con que en breve se presente una nueva tanda de afectados solicitando la intervención judicial de la compañía constructora.