Jerez

"¿Privilegiados nosotros? Me da igual, estoy 'vacunado' contra todo éso"

  • José María Romero, presidente del comité de Cojetusa, advierte que "somos los menos culpables" y acusa a la empresa y al Ayuntamiento

José María Romero es el presidente del comité de trabajadores de la concesionaria del servicio de los autobuses urbanos. Representa a una plantilla de 154 empleados fijos y unos ochenta eventuales. En una conversación con este periódico, Romero ha querido salir al paso de las críticas que viene recibiendo de los usuarios el personal en servicio. José María Romero, con dieciocho años ya en la empresa, confesó a este periódico que "a estas alturas, ya no vale, no sirve, ningún mensaje a la ciudadanía. Están molestos, fastidiados y éso lo entiende cualquiera. Pero tengo que decir que nosotros no sólo somos los culpables. La concesionaria es mucho más culpable y el mismo Ayuntamiento, que ha actuado muy tarde desde el anuncio de la huelga y nunca debería haber permitido que se llegase a esta situación". Romero recordó que no había una huelga en el servicio durante la Feria desde hace once años. "Siempre se arregló. Y hace cuatro, la entonces alcaldesa María José García-Pelayo nos obligó a todas las partes a sentarnos y no levantarnos hasta que alcanzáramos un acuerdo. Así lo hicimos, hasta la tres de la madrugada".

Romero defendió que la convocatoria se haga siempre en Feria, "porque, como todo el mundo entiende, es el momento donde podemos hacer más presión, como se haría en cualquier otro sector. En Sevilla ha estado a punto de ocurrir lo mismo. Además, no olvide que nosotros también perdemos en todo esto. Somos los más perjudicados. Perdemos dinero, aquí andamos todo el día ante las puertas del garaje y no vamos a la Feria, como muchos puedan pensar".

A propósito de las quejas de los usuarios, contesta Romero que "a mí, al menos, no me han insultado. Ni lo voy a consentir; cuando veo que alguien protesta, me acerco y le explico el problema y sus causas. Besos no me dan pero tampoco me insultan. Creo que la gente critica pero con desconocimiento, sin conocer la realidad del problema. Mire usted: Además de la donación de sangre que, voluntariamente, hicieron el miércoles unos cuarenta trabajadores, el día anterior acudimos al Sercla en bicicleta. En una calle por donde pasamos, encontramos a Antonia Castro, madre de Juan Holgado. Cuando nos reconoció, nos dijo: '¡Ahí, con dos cojones, a defender lo vuestro!' Y esa mujer siempre usa el autobús, va a todas partes en autobús y, sin embargo, nos animaba. Porque conoce el problema. Entiendo que la gente proteste, debe quejarse mucho más, pero también debe conocer el problema. En éso estamos en desventaja: Tanto el Ayuntamiento como la concesionaria disponen de más poder, de más facilidad para llegar a la gente".

Se le comenta que la gente cree que los empleados son unos privilegiados. Romero salta al instante: "¿Nosotros privilegiados? Éso me da igual. Estoy 'vacunado' contra éso. Eso es lo que la gente cree, pero le diré algo importante: Ha habido diez o doce empleados que, con 45 años, han tenido que abandonar la empresa por problemas de salud derivados de su trabajo, como las hernias discales. ¿Éso es ser un privilegiado?" Romero también ha dejado claro que no existe "enchusfismo familiar ninguno. Es un bulo que viene rodando desde 1997. Se lo demuestro a quien quiera y cuando quiera. Desde ese año, hay un riguroso proceso de selección".

José María Romero cree que el problema de la concesionaria "sigue siendo el mismo: Aunque se dice que es una empresa privada, depende, quiera o no, del dinero del Ayuntamiento. Y no es cierto que estén al corriente en los pagos a la concesionaria. ¿Por qué, entonces, no se renovó la flota hace más de un año? ¿Por qué nadie exige la renovación? Muy sencillo: Por el dinero que no llega, el mismo problema que impidió que la empresa se vendiera en su día".

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