Educación/Psicología

Aceptar lo que hay o hacer lo que aceptas

Aceptar lo que hay o hacer lo que aceptas

Aceptar lo que hay o hacer lo que aceptas / Elena Martínez Diosdado

El pasado mes de octubre, como director del equipo de Psicología Diez, centro que recibió su reconocimiento y acreditación sanitaria de la Junta de Andalucía en el año 2000, presenté en el XI Congreso Internacional de Psicología Clínica celebrado en Granada, un trabajo que titulamos “La estabilidad emocional: Aceptación o reevaluación de la adversidad”.

No quisiera desviar la atención hacia la importancia que tienen estos eventos, para facilitar la divulgación del conocimiento científico y de la multitud de datos que en la práctica clínica hemos ido acumulando durante años. Más bien, quisiera centrarme en el contenido del referido trabajo. En este sentido, más allá de profundizar en los datos, pues creo que no es el objetivo de este breve artículo, quisiera fundamentalmente reflexionar sobre el concepto de aceptación.

Cuando nos propusimos iniciar este estudio, fue principalmente porque hemos observado que muchas de las personas que han solicitado tratamiento en nuestro centro durante casi 20 años, han sido personas que tendían a aceptar bien la adversidad, a pesar de que en los últimos años un gran número de publicaciones científicas han descrito que podría ser la falta de aceptación la que llega a generar el sufrimiento psicológico que lleva a una persona a solicitar un tratamiento profesional.

Por ejemplo, las publicaciones sobre terapia de aceptación y compromiso proponen la necesidad de abandonar los esfuerzos por desembarazarse de las sensaciones, los pensamientos o los sentimientos aversivos y aceptarlos tal y como son (Barraca, 2007). La aceptación se justifica, desde esta perspectiva, por la interferencia que genera en el día a día la lucha contra esas sensaciones o pensamientos. Otras estrategias terapéuticas relacionadas con la Gestión de Emociones y Sentimientos (Mestre, Gutiérrez-Trigo, Guerrero y Guil, 2017) proponen la reevaluación de las circunstancias como estrategia para superar el sufrimiento psicológico. Por último, tratando de abreviar, desde una perspectiva evolutiva, podríamos decir que la mayoría de las especies animales han intentado adaptarse, aceptando las condiciones que el medio ambiente les ha impuesto, pero, el ser humano, por el contrario, ha evolucionado gracias a su empeño por cambiar las circunstancias y conseguir unas condiciones de vida más cómodas.

Entonces, dada esta contradicción, ¿enseñarías a tus alumnos a aceptar lo que les toca o, más bien, les enseñarías a modificar sus circunstancias?

Esta es la pregunta que tratamos de resolver con nuestra investigación (Gutiérrez-Trigo, Cabrera-Richarte y Márquez-Vázquez, 2018). En ella, por un lado, medimos la estrategia de aceptación utilizando el Cuestionario Estrategias Cognitivas de Regulación Emocional que utiliza preguntas como “creo que debo de aceptar el acontecimiento negativo que ha ocurrido” o “pienso que no puedo hacer nada por cambiar lo que ha ocurrido” y, con ese mismo cuestionario, medimos la estrategia cognitiva de Reevaluación Positiva con ítems como “creo que puedo aprender algo de la situación” o “me digo que hay cosas peores en la vida”. Pues bien, los participantes (que presentaban alteraciones emocionales por las que habían demandado tratamiento) obtenían puntuaciones más altas en Aceptación que en Reevaluación Positiva. Por lo que, parece preferible enseñar a reevaluar las situaciones que generan sufrimientos en lugar de aceptar un significado o una realidad que puede generar importantes alteraciones en la salud psicológica.

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