Jerez

"Puede haber cosas dentro de un hospital que te hagan feliz"

  • El guionista de 'Planta cuarta' cuenta su experiencia en la lucha contra el cáncer

Albert Espinosa, guionista de cine, teatro y televisión, así como actor y director, estuvo ayer en Jerez. Muchos recordarán la película 'Planta cuarta' en la que se nos daba una visión muy particular del cáncer que se ceba con unos adolescentes que apenas estan empezando a vivir. Espinosa es uno de los principales guionistas de ese filme que en parte es autobiográfico, ya que él mismo estuvo saliendo y entrando de los hospitales desde los 14 hasta los 24 años, "el tiempo máximo fue siete veces seguidos", comenta. El guionista habló ayer en un foro de salud organizado por el Hospital de Jerez de 'La mirada del usuario', "ya que es muy importante conocer también el otro lado, como nos percibe el paciente", señala la directora del centro sanitario, María Fernanda Raposo.

"Creo que el hospital es casi tu segunda casa, porque me he criado entre médicos, enfermeras y celadores. La mirada del usuario se refiere también a las cosas que se pueden cambiar respecto al que vive dentro del hospital. Yo tuve cáncer, de los 14 a los 24 años. Perdí una pierna, un pulmón y medio hígado y fui feliz. Fui feliz porque encontré también cómo satisfacer mis necesidades emocionales. Todo está muy pensado con respecto a las necesidades médicas, pero son muy importantes también las necesidades emocionales de los pacientes", destaca Espinosa.

Como principal talón de Aquiles en el centro hospitalario y más para una persona que entra en ellos como adolescente y sale hecho un hombre, Espinosa confiesa que en esos años echaba de menos "divertimento. Siempre decía 'no moriré de cáncer, moriré de aburrimiento'. Pienso que a veces falta una buena cafetería. A la gente le cuesta mucho acudir a la cafetería del hospital porque no es tan divertida como las cafeterías que hay fuera. Puede haber muchas cosas divertidas en un hospital que hagan feliz la vida de la gente que está allí".

Espinosa aboga porque en el día a día los pacientes tengan una sala o un comedor que realmente sea de ellos mismos y en el que puedan disfrutar allí de su familia y sus amigos. "El estar en la habitación siempre, el que llegue tanta gente que se llegue hasta el colapso también influye en el paciente. Puede haber esos espacios lúdicos que ayuden". El guionista apuesta por las visitas a los enfermos del hospital y por la información a las familias sobre esas horas de visita, "porque hay grandes lapsos de tiempo en la que estás solo. Sobre todo, no se tiene que condensar todo en los sábados y domingos", afirma.

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