Jerez

"Recomendados", por José García Oliva

Buh

Guión y dibujos Andy Runton. Col. Isla Flotante. Thule Ediciones. Barcelona. 2012.

Cuando algo está bien hecho, aunque haya sido pensado para un público infantil va a terminar gustando a todo el mundo. Y eso es lo que pasa con las historias mudas del buhíto Owly de Andy Runton, aquí acertadamente renombrado (siguiendo la misma derivación de la palabra búho que han hecho en inglés) como Buh.

Estamos ante la primera entrega que la nueva colección Isla Flotante, dedicada a comics, nos ofrece sobre este personaje, del que ya ha salido un segundo tomo y se está preparado un tercero. Y es que la publicación de Buh está precedida por un enorme éxito de ventas en EEUU (con más de 200.000 ejemplares vendidos) y algunos de los más prestigiosos premios del sector (Premio Ignatz 2006, Premio Harvey 2005 y Premio Eisner 2006).

Buh es un pequeño búho de forma redonda que, como Leo Verdura, no va comiendo a otros animalillos por ahí, muy al contrario tiene un pequeño huerto en el que cultiva sus alimentos y sus mejores amigos son un gusanito (Gus) y unos colibrís. En este primer tomo que viene a tener por su extensión carácter de novela gráfica (más de 150 páginas) y por su formato el de libro de bolsillo, nos encontramos con sus dos primeras historias: “El camino a casa”, con la incorporación a su vida de Gus que es un canto al esfuerzo, a la planificación, a la ayuda y a la amistad (sobre todo); y “El verano agridulce”, donde los nuevos amigos tienen que irse pero no es para siempre, para así transmitir optimismo, esperanza, confianza y nuevamente el valor de la amistad.

Los sencillos trazos siempre orgánicos (ni tan siquiera los bordes de las viñetas son del todo rectos) donde se ha prescindido de la regla y se han conjugando las masas de tinta para volúmenes, luces y sombras, días y noches, interior y exterior, todo en blanco y negro, y la sustitución del lenguaje verbal, para la comunicación de los personajes, por un lenguaje icónico universal, dotan al cómic de una sencillez que le hará llegar a un amplio espectro de lectores en función de edades e intereses. Y es que no se queda en una exposición simplista sino que, muy al contrario, los detalles, los planos, los ritmos en la sucesión y formas de las viñetas, las angulaciones y, especialmente, el “gestuario” de los personajes cobran el valor comunicativo de una narración minuciosa.

Hay algo también muy importante:  el autor practica la solidaridad de la que hace gala su búho y en su web podemos encontrar colaboraciones con entidades y comics gratis on-line. 

Eloísa y los bichos

De Jairo Buitrago. Il. de Rafael Yockteng. Ed. El Jinete Azul. Madrid. 2012.

Quienes nos sorprendimos con el virtuosismo de “Emigrantes”, de Shaun Tan, por la capacidad de transmitir con tan sutiles detalles el drama humano que supone tener que incorporarse a una sociedad nueva donde todo es extraño, ahora nos vamos a sorprender por la sencillez con la que lo plantean el colombiano Buitrago con un texto mínimo y el peruano Yockteng con unas ilustraciones “máximas”. Apenas una sencilla frase y una única ilustración por cada doble página, pero todo un despliegue de acción y emociones en la contundencia de las palabras, en los detalles y la composición de las imágenes. 

Y es que ambos autores han dejado claro lo difícil que se le hace a Eloísa esta nueva vida, lo que ha dejado atrás, lo extraño que es todo, lo complicado de relacionarse, el miedo que puede dar lo que es nuevo y distinto… ¿y cómo representar eso y que los pequeños lectores “lo vivan”? La idea de sentirse un bicho raro la lleva el ilustrador hasta lo literal, y Eloísa se encuentra con que los habitantes de ese nuevo país son toda clase de bichos: mariposas, saltamontes, escalopendras, caracoles,… pero todo a tamaño de las personas a las que representan. Así es fácil que la niña sea la que se sienta un bicho raro y los lectores se impliquen en esa sensación.

En la edición española se ha reservado esta imponente metáfora visual para la sorpresa, ofreciendo una ilustración pequeña en la cubierta a diferencia del libro original colombiano, perdiéndose la vistosidad de su colorido pero ganando en cierta elegancia y en el efecto que tendrá luego, nada más empezar a descubrirse ese nuevo mundo para Eloísa. 

Pero igual de contundente que es la presentación de la situación y el discurrir “del nudo”, con la evolución poco a poco de la integración en ese nuevo mundo (magnífico cuando posan delante de la tienda, en la que encontró trabajo el padre, con los nuevos amigos), lo es el desenlace: ese mensaje de que se es de donde se aprende a vivir, y esa imagen de Eloísa ya convertida en maestra con una clase en la que cada niño es de una parte del mundo pero que a los lectores les parecerá que son todos iguales, todos del mismo sitio (incluido el bicho que aparece junto a los niños). 

Un libro magnífico para que quienes trabajan en clase el tema de la integración, la multicultura, la emigración o el rechazo a la xenofobia, lo utilicen como un acertado apoyo. 

Para conocer más sobre la obra gráfica de Yockteng se puede visitar la página . Y para saber de proyectos de ambos autores y trabajos realizados en cooperación, así como otros intereses de ambos autores se puede visitar el blog conjunto.

Este libro da más de sí al visitar la página de la editorial y ver las primeras páginas, al pararnos en las guardas y comprobar las diferencias entre las de apertura y las de cierre.

¿En qué piensas?

De Laurent Moreau, texto e ilustraciones. Libro con solapas. Ed. Kókinos. Madrid. 2011


Los cuentos siempre han desempeñado un importante papel en la formación del pensamiento moral de niños y niñas, tanto al ofrecer modelos a seguir como al permitir experimentar y reflexionar sobre otros modelos fuera de esos encorsetados y a veces dudosos que se toman como ideales. Pero en el desarrollo personal y ético, además de distinguir el bien del mal, está la importancia de tomar conciencia de “los demás”.  De otra manera el egoísmo es la pieza definitoria de la persona y el principal problema de incomunicación, crispación y falta de respeto, algo en lo que esta sociedad está muy bien entrenada.

Y qué mejor manera para pararse a pensar en los demás que el observarlos e imaginar en qué piensan y por qué. De esta manera nos encontramos con la página en blanco, de la izquierda, donde con una frase nos dice quién es y qué siente (o le apetece, o cómo se encuentra, o qué imagina, o…) el personaje que nos aparece a la derecha, como un retrato en primer plano, donde la parte de la cabeza es una solapa superpuesta que al abrirla nos deja entrever “sus pensamientos”, una recreación muy artística de esos deseos, estados, imaginaciones o sentimientos.

Si los retratos son dibujos de composición clásica (la cabeza, cara y ropas, aunque con todo el lujo de formas creativas y colores de una gama muy amplia), cuando levantamos la solapa aparece una metáfora visual magnífica que no deja duda de lo que quiere representar. Esa musiquilla en la cabeza de Eric como el recorrido de una mariposa entre dibujos de notas musicales, o la tristeza de Ana como si estuviese metida en un lago (de agua gris) donde las gotas de lluvia acompañan las lágrimas de sus ojos cerrados, o los sueños de Aurelio donde se ve merendando con un conejo (a modo de sombrerero loco) y en el árbol que crece desde la mesa se posa un pájaro con cabeza de mujer.

Y el mejor momento para concluir en que todas esas personas que nos rodean están pensando, con sus sentimientos y emociones acompañándoles, es la imagen panorámica de una plaza de ciudad en la que se encuentran todos los personajes que hemos ido viendo incluido ¡el gato que nos lo ha contado todo, incluso que él piensa en ser como su amo.

Unos dibujos para que la imaginación tome impulso para volar entre formas y colores y que podemos recrear en muchas más opciones en la web del autor, ese “niño en cuerpo de adulto” como algunos lo definen.

José García Oliva

pepe59goli@gmail.com

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