Tribunales

Los hermanos Ruiz-Mateos, condenados a penas de entre dos años de cárcel y un año y nueve meses

  • La Audiencia de Baleares considera que perpetraron una estafa en la compra del hotel Eurocalas

Los hermanos Ruiz-Mateos  sentados el 9 de septiembre en el banquillo de los acusados en la Sala 2ª de la Audiencia provincial de Palma de Mallorca.

Los hermanos Ruiz-Mateos sentados el 9 de septiembre en el banquillo de los acusados en la Sala 2ª de la Audiencia provincial de Palma de Mallorca. / Lliteres/EFE

La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a los hermanos Ruiz-Mateos (José María, Álvaro, Alfonso, Zoilo, Pablo y Javier) a penas de entre dos años de cárcel y un año y nueve meses y a pagar, cada uno de ellos, 9.000 euros de multa, así como a hacerse cargo de una indemnización de 12,7 millones de euros por un delito de estafa agravada por la compra del hotel Eurocalas en Mallorca.

En concreto, a dos de ellos (Pablo y Javier), les condena a dos años de cárcel y al resto (José María, Álvaro, Alfonso y Zoilo) a la pena de un año y nueve meses de cárcel. La Fiscalía, originalmente, les pedía seis años de cárcel y una multa de 54.000 euros a cada uno.

El Tribunal declara la responsabilidad civil subsidiaria de las entidades Bastimentero, Calwell y Clesa, pertenecientes a Nueva Rumasa, y, tal como se avanzó en el juicio, se absuelve a un primo de los Ruiz-Mateos, al haberse retirado la acusación contra el mismo.

En la sentencia, los magistrados consideran que existió “engaño omisivo al ocultar la existencia de un gravamen hipotecario” sobre el único bien ofrecido en garantía —el hotel Cervantes— y que antes de la venta del Eurocalas se gravó “con una carga superior al precio de compra pactado por éste”, algo que determinan que “hace inviable e ineficaz la garantía ofrecida” para asegurar “el pago de la totalidad del precio por la venta del Hotel Eurocalas”.

Según el Tribunal, el engaño es anterior a la venta del Eurocalas y “bastante para provocar error en la parte vendedora”, pues “se ocultó dicha carga y el vendedor no tenía por qué saber que el Hotel Cervantes había sido gravado”, al actuar confiado en la buena fe de la parte compradora ante la seriedad de la operación” y “solvencia manifestada y ofrecida por la existencia de un grupo de empresas propiedad de la familia Ruiz-Mateos”.

De acuerdo con la sentencia, para la entidad vendedora el aval de Montumo “era esencial” para garantizar la operación de venta del Eurocalas y de “no haber sido avalada con el Hotel Cervantes, único bien de Montumo”, “no se hubiera formalizado la venta o de haberlo hecho se hubieran exigido otras garantías”.

El Tribunal destaca que “ninguno de los acusados, ni tampoco la letrada” que hipotecó el Hotel Cervantes actuando en representación de Montumo, “afirmaron con rotundidad que se puso en conocimiento de la parte vendedora la existencia de dicha hipoteca”. Ante esto, los magistrados apuntan que “la parte vendedora no fue informada de la constitución de la hipoteca “y que “incluso el mismo día de la firma del documento de promesa de la compra y venta recibió por la parte compradora un balance de Montumo “en el cual no consta que el hotel Cervantes estuviera gravado con hipoteca”.

Durante el juicio, que tuvo lugar en septiembre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares, los Ruiz-Mateos negaron los hechos y defendieron los “escrupuloso” que era su padre, José María Ruiz-Mateos, ya fallecido, en el trabajo.

Asimismo, le responsabilizaron de la negociación de la compra del hotel y, por norma general, se desvincularon de la gestión del día a día de sus empresas. A pesar de esto, explicaron que sus firmas estaban en el aval del Eurocalas pues su padre les había informado de la operación. “No somos ningunos irresponsables que firmamos sin saber qué firmamos”, declaró Álvaro Ruiz-Mateos.

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