Los recién instalados palcos de la Carrera Oficial a la altura de Cristina fueron ayer testigos del paso de la primera procesión que ha desfilado este año y que, a diferencia de lo que marca la tradición, no ha sido la hermandad de la Borriquita, sino la improvisada cofradía que formaron ayer un centenar de miembros del Sindicato Independiente de la Policía, que reclamaron de esta original manera el pago de las nóminas que se les adeudan.

La salida de este singular paso tuvo lugar a las diez de la mañana, cuando de la comisaría de El Almendral, donde permanecen acampados estos agentes, comenzó la procesión de las imágenes de la alcaldesa, María José García-Pelayo y de los exregidores Pilar Sánchez y Pedro Pacheco, a los que los agentes culpan de la actual asfixia económica del Ayuntamiento. Al grito de "no corred, vamos a lucirnos, que estamos en el barrio", comenzaron su particular estación de penitencia estos manifestantes, una protesta que duró tres horas y que discurrió por la avenida Duque de Abrantes, la calle Fermín Aranda, avenida Álvaro Domecq, calle Sevilla, alameda Cristina, calle Larga, Lancería, plaza Esteve, calle Santa María y calle Honda, volviendo al punto de partida realizando el camino inverso.

Los integrantes de esta 'cofradía' iban caracterizados como si de una hermandad real se tratara, ya que la procesión iba acompañada de varios 'hermanos' portando una cruz de guía, algunos cirios, cruces de penitencia, diez costaleros, varios capataces e incluso una pequeña banda de música con tambores, bombos y un platillo.

La procesión tuvo algunas paradas durante su camino, la primera de ellas frente a la casa del exalcalde Pedro Pacheco, donde hubo quien se atrevió a entonar una breve saeta y donde la 'hermandad' se paró a "saludar". El siguiente paro fue en la sede del PSOE de la calle Sevilla, donde repitieron el procedimiento, al igual que en la calle Larga, frente a la sede del PP, y en varias sucursales bancarias, realizando sendas 'levantás' al grito de "al infierno con ellos", que dedicaron también "a los miles de parados de España y a los ineptos de los políticos".

La entrada en la Carrera Oficial por alameda Cristina despertó la sorpresa de los turistas y paseantes que discurrían ayer por la mañana por la zona, quienes se pararon para presenciar una de las protestas más originales que ha vivido la ciudad en los últimos tiempos, que no han sido pocas. Las pancartas que portaban los manifestantes recogían lemas como "Pelayo no llega a mayo" o "Pelayo paga o dimite", además de los carteles colgados al cuello de los muñecos que representaban a los tres últimos alcaldes de la ciudad y que calificaban de "culpables" de la actual situación del Ayuntamiento a Pilar Sánchez y Pedro Pacheco y de "incapaz" de solucionar los problemas del Consistorio a la alcaldesa, María José García-Pelayo.

Tras casi tres horas de procesión, los manifestantes del SIP volvieron a la comisaría de El Almendral, donde permanece instalada la acampada que estos agentes comenzaron a principios del pasado mes de febrero y donde pernoctan unos diez policías cada noche. Gabriel Cordones, portavoz del sindicato, afirmó ayer que "esto no es plato de buen gusto para nadie, pues ya nos gustaría dedicarles más tiempo a nuestras familias, pero hasta que no tengamos una solución no cesaremos las movilizaciones".